Refineria de Talara. (Foto: GEC)
Refineria de Talara. (Foto: GEC)

Por Rafael Belaunde Llosa

El Perú, a pesar de ser un importador neto de petróleo (produce únicamente el 25% del combustible que consume), decidió emprender la multimillonaria tarea de construir una refinería para refinar, básicamente, crudo importado. Se estima que el costo final será alrededor de 6,000 millones de dólares.

Más aún, hace unos meses, el gobierno de Castillo otorgó un crédito suplementario de 750 millones de dólares a Petroperú, justo cuando las denuncias por extrañas licitaciones y la incapacidad de la empresa de auditar sus resultados financieros ocupaban portadas y titulares.

Ahora, coincidiendo con la degradación de los papeles de deuda de Petroperú a la categoría de “Bonos Basura”, el gobierno de la “palabra de maestro” decide entregar a la petrolera estatal 1,000 millones de dólares más.

Esta frívola asignación de recursos públicos se convierte en indolente, cuando se toma en consideración que más de la cuarta parte del gas natural extraído del lote 88 de Camisea se tiene que reinyectar, pues aún no se han construido los ductos necesarios que permitan masificar su consumo, que por contrato tiene un precio regulado muy barato.

Esto hace que en el sur andino solo vean pasar el gasoducto hacia los más prósperos mercados de la costa, sin poder beneficiarse de él.

Como hemos visto, recursos para masificar el gas existen y, en vez de despilfarrarlos en proyectos elefantiásicos innecesarios o en empresas estatales de oscuro manejo y desastrosos resultados, se ha podido dedicar parte de esos miles de millones en llevarles gas barato a los peruanos del sur, ya sea con asociaciones público-privadas o directamente al amparo del rol subsidiario, que nuestra Constitución consagra para el Estado.

Aquí una relación de provincias a las que, perfectamente, se les podría haber llevado el gas y con ello beneficiar a más de 2 millones de peruanos: Huanta a 180 km de Camisea; Huamanga a 200km; Andahuaylas a 205km; Cusco a 214; Cangallo a 236; Huancayo a 243; Concepción a 258; Juliaca a 500km.

Gas y dinero para su masificación hay; lamentablemente, de desidia e indolencia hay más.