El frío andino de esta época que algunos llaman friaje son en realidad las heladas, asegura el columnista.
El frío andino de esta época que algunos llaman friaje son en realidad las heladas, asegura el columnista.

La llegada de mayo trae en el calendario climático la transición definitiva de la estación lluviosa a la estación seca en nuestro país.

Los rezagos de las precipitaciones en la sierra desaparecen con la nubosidad en mayo. El cielo serrano se limpia por completo y la ausencia de nubes en la noche favorece la pérdida del calor ganado por la radiación solar en las horas del día. El resultado, sumado a la estación del invierno, es una caída profunda de las temperaturas nocturnas. Cuando ello sucede por debajo de los 0ºC, aparecen las heladas nocturnas que suelen congelar la humedad del suelo y muchas veces dañan los cultivos.

Solemos confundir la helada (de la sierra) con el friaje (de la selva), que son fenómenos distintos. El friaje (del portugués friagem) es una masa de aire seco y frío que viene del sur del continente e invade la selva, y produce frío y lluvias transitorias al contacto de ese aire seco y frío con el tradicional aire húmedo y cálido de la Amazonía. En un año normal, entre 10 y 20 friajes de distinta intensidad se observan en la Amazonía. Pocos de ellos pueden invadir la sierra sur. Pero el frío andino de esta época que algunos llaman friaje son en realidad las heladas.