El congresista Yonhy Lescano fue denunciado por una periodista por presunto acoso sexual. (Foto: GEC / Video: Canal N)
El congresista Yonhy Lescano fue denunciado por una periodista por presunto acoso sexual. (Foto: GEC / Video: Canal N)

Mientras el Perú no se reconozca como un país adulto en la igualdad de género, Yonhy Lescano no será ni el primero ni el último en protagonizar escándalos de acoso sexual con absoluta impunidad. Una constante en esta sociedad de evidentes patrones machistas es que hombres y mujeres privilegian la masculinidad a la que le otorgan el derecho a pasarse de la raya, de dirigirse a nosotras con palabras lascivas de clara connotación sexual, de que nos desvistan con la mirada, de que se hable en doble sentido todo el tiempo con quienes no nos da la real gana de hacerlo.

Esta sociedad otorga el ‘derecho’ a que te descalifiquen por tu apariencia, por tu edad, tu intelecto, por tu color, por si eres bonita o fea, gorda o flaca, profesional o ama de casa, alta o baja. Si no calzas en sus estándares, eres prostituta o lesbiana. Se ha naturalizado por completo que invadan tus espacios, tu intimidad, tus deseos, tus capacidades, porque simplemente así son las cosas y te las aguantas.

Cambiarlas implica ceder espacios de poder del macho o de la que protege a ese macho. Si tu comienzas o no una conversación, si tienes más de 40 años, si no eres una profesional, si respondiste a la medianoche.

Esa es la conversación de adultos que necesitamos los peruanos. Darnos cuenta de que no vamos a mejorar como sociedad si no nos tratamos como iguales. Si no acabamos con el privilegio del macho peruano. Escuché a un oyente de RPP al poner el tema en debate diciendo que “su mamá, su hermana, su hija”, no mencionó a su esposa, eran “santas” cuando le indicaba que las mujeres en general debemos ser respetadas como personas, no como santas. ¡El doble rasero! En las relaciones amicales o afectivas, a las mujeres las trato como cosa o propiedad; y a las madres, hijas y hermanas, las santifico. La verdad es que entre la confusión ideológica (Lescano acusando a la mafia de un complot) y la sociedad patriarcal estamos bien jodidos. Paciencia y a seguir bregando que todo cambio cuesta.

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