Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Alan García  en la centésima primera sesión del acuerdo Nacional el 14 de agosto del 2012. (Foto: Dante Piaggio/ El Comercio)
Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Alan García en la centésima primera sesión del acuerdo Nacional el 14 de agosto del 2012. (Foto: Dante Piaggio/ El Comercio)

Hay personajes que de verdad no entiendo por las imprudencias suicidas, y hasta idiotas, que cometieron. ¿Cómo a Montesinos se le pudo ocurrir tener guardados videos de él mismo cometiendo delitos? ¿Cómo a Alberto Fujimori se le ocurre salir de su cómodo refugio japonés y creer que existe “el amigo chileno”? ¿Cómo a Toledo se le ocurre comprarse una mansión en Casuarinas en lugar de pasar desapercibido con sus 35 millones en California? ¿Cómo a un ya casi octogenario PPK se le ocurre postular otra vez a la Presidencia con tanto esqueleto brasileño en el clóset y no irse a disfrutar de un pasado profesional y político glorioso en su sosegado retiro bucólico en Wisconsin? ¿Cómo a Alan García se le ocurre regresar a Lima con tanta acusación acumulada, con ese fiscal tan politizado, con el entonces presidente Vizcarra salivando por dañarle y con esa atmósfera cateriana de odio existente contra él? ¿Cómo a Vizcarra se le ocurre no llevar lista parlamentaria propia, relacionarse así con un sujeto como Richard Swing, pelearse con la secretaria que le sabía todo y encima vacunarse a escondidas, creyendo que eso no iba a trascender? ¿Cómo un tipo tan inteligente como Hernando de Soto pudo haber hecho la peor campaña presidencial desde la de Mario Vargas Llosa en 1990 y perder, tal como este, una elección que tenía fácilmente ganada? ¿Cómo a Porky se le ocurre contarle cosas religiosas personales a Lúcar y luego leer tan aburridamente en un debate público para perder así un pase a segunda vuelta ya casi ganado? ¿Cómo al hijo de Chota se le ocurre dar ese mamarracho de “putsch” si el Ejército ya le había confirmado desde temprano que no le acompañaría? ¿Cómo a Keiko Fujimori se le ocurre tener esa tremenda cercanía política y económica al siniestro clan Ramírez, especialmente a este Joaquín? ¿Y cómo a este Joaquín Ramírez se le ocurre seguir en la política activa y meterse así recientemente de alcalde de Cajamarca en lugar de jugar al perfil bajo con tamaño rabo de paja?