Cada 10 días, en promedio, Transparencia ha alertado al país sobre algún acontecimiento que impacta nuestra democracia. Entre tuits y pronunciamientos, en 36 oportunidades alzamos nuestra voz. 94% de las veces fue por conductas, designaciones o reformas realizadas por nuestras autoridades que, en nuestra opinión, debilitaban aún más nuestra democracia en recesión.

La mitad de las veces nos referimos al Congreso. Dieciséis veces alertamos sobre decisiones y votaciones que iban en contra de salidas democráticas a la crisis, de la independencia judicial, de la autonomía de la JNJ y de organismos electorales y de la implementación de las PASO. En dos ocasiones, saludamos los avances de impopulares, pero necesarias reformas como la reelección de autoridades y el regreso a la bicameralidad.

Un tercio de las veces nos referimos al Gobierno. Un grueso de ellas estuvo enfocado en lamentar las muertes durante las protestas y condenar las protestas violentas y la destrucción de la propiedad pública y privada. Varias veces exigimos realizar céleres investigaciones y que nuestras autoridades asuman responsabilidad política. Ambas aún pendientes. Nuestro último comunicado llamó al acatamiento del Estado a una sentencia sobre el indulto de Alberto Fujimori de una corte internacional a la que soberanamente nos adherimos.

Temáticamente, dos son los asuntos más recurrentes. Uno, las indispensables reformas políticas y electorales, plagadas por demoras y retrocesos. Dos, el creciente contexto de manifestaciones y discursos que incitan el odio y a la violencia. Asesinatos de autoridades locales, muertes de mineros formales, declaraciones racistas de un ministro, reuniones estatales con grupos radicales y amenazas de muerte a autoridades son parte central, lamentablemente, de nuestra democracia. Además, consideramos que no se veló por la idoneidad profesional y ética en la designación del defensor del Pueblo y presidente del Congreso.

Transparencia es más conocida por “lo que dice” en el día a día, aunque es igual o más importante “lo que hace” para construir salidas en el futuro. Desde que llegué hace seis meses a la presidencia junto con un Consejo Directivo diverso, venimos impulsando cuatro líneas de acción: i) generar corriente de opinión e incidencia política para el avance de reformas; ii) ampliar y fortalecer nuestro sistema de observación electoral para las próximas elecciones; iii) diseñar y lanzar el primer laboratorio de innovación ciudadana en el Perú; iv) impulsar y participar en una docena de espacios de escucha y diálogo con políticos, partidos, empresarios y líderes sindicales y civiles para lograr visiones comunes y consensos mínimos. Aspiramos a reducir la cantidad de días promedio de ocurrencia de crisis políticas.