(Foto: Andina)
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El retorno a clases y las evaluaciones docentes están en la agenda nacional. Lamentablemente, se debe en parte a preocupantes declaraciones ministeriales que han despertado alertas de la comunidad educativa. La dificultad de un retorno urgente y seguro a clases y la propuesta de nombramientos magisteriales automáticos sin evaluación son la punta del iceberg de un desafío que tiene dos décadas de historia.

A fines de 2003, se declaró en emergencia la educación. Desde entonces se logró una mejora considerable. PISA reportó que “las ganancias más impresionantes en aprendizajes en las últimas dos décadas se observaron en Perú”. En evaluaciones nacionales, el % de estudiantes de 2do. de primaria en nivel satisfactorio se multiplicó por 3 y 5 veces en compresión lectora y matemáticas, respectivamente. Este avance relativo se explica básicamente por dos factores.

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Visión compartida: Desde 2002, en procesos participativos, el Consejo Nacional de Educación ha diseñado dos Proyectos Educativos Nacional al 2021 y al 2036. Una de las 10 orientaciones estratégicas reconoce el valor del “mérito profesional” y sobre el problema de contratados declara que “esto no se resuelve con más concursos o bajando vallas. Es preciso contar con política docente integrada y coherente”. Visión aterrizada de gran consenso nacional

Acción continua: Los planes se tradujeron en reformas consistentes. Entre 2003 y 2015 tuvimos cinco ministros. Con sus estilos y ritmos, todos construyeron hacia los mismos objetivos: aprendizajes, carrera magisterial y gestión. Se crearon programas e innovaciones escalables en el Estado, privados y academia que comenzaron a mover la aguja. Acción sostenible con sentido de posibilidad de lo que somos capaces de lograr

La dupla visión y acción se vio interrumpida en 2016. La convulsión política nos ha hecho tener el doble de ministros en la mitad del tiempo, comparado con periodo 2003-2015. Hemos perdido la vida y estamos inmersos en discusiones banales y mejoras marginales. El verdadero retorno a clases requiere un retorno al camino de transformación que abandonamos hace unos años. Ni el presidente ni el ministro pueden anteponer su pliego de válidos reclamos de un sector minoritario de sindicalistas por encima de la agenda de estratégicos pendientes de +8 millones de peruanos y 250 mil maestros de la carrera pública. Regresemos, ellos y nosotros como sociedad, al camino de reformas pendientes. Hagámoslo ya.

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