"Salir de esta gran recesión, implica visión y liderazgo con coraje, experimentar innovaciones y, sobre todo, compromiso e involucramiento de cada uno de nosotros".
"Salir de esta gran recesión, implica visión y liderazgo con coraje, experimentar innovaciones y, sobre todo, compromiso e involucramiento de cada uno de nosotros".

En el mundo, el capitalismo está en profunda crisis y la democracia en acelerada recesión. El crecimiento de la prosperidad está siendo más lento y la división de sus frutos entre pocos hiperexitosos y el resto se ha convertido en más desigual. El aumento del número de democracias en el mundo se ha detenido y su calidad en la mayoría de naciones se ha deteriorado. De las 1.9 mil millones de personas que viven en países democráticos, solo 2% viven en países con más de tres cuartos de los ciudadanos satisfechos con la democracia. El populismo y autoritarismo están al alza tanto de izquierda como derecha. La ciudadanía no es solo un slogan o una idea romántica. Es la única idea que puede salvarnos. Esta es la argumentación central de Martin Wolf, periodista británico, editor asociado y principal comentarista económico de Financial Times por casi tres décadas, en su libro la crisis del capitalismo democrático.

Wolf propone algunos caminos para restaurar la democracia: activar ciudadanía, reformar gobiernos, asegurar rendición de cuentas, revitalizar la prensa. Quisiera profundizar en dos.

Asegurar rendición de cuentas con renovado sistema político de representación. Wolf propone que en una democracia debería existir 3 cuerpos de gobierno: la casa de representantes (elegidos por la población), la casa de méritos (integrada por personas diversas de cualidades excepcionales para mejorar y detener legislación) y la casa del pueblo (elegimos por lotería a modo de asambleas ciudadanas que puede detener o posponer aprobación de leyes). Wolf recomiendo hacer experimentos a nivel local o regional para probar la innovación.

Activar una ciudadanía patriótica y cívicamente virtuosa. Patriotismo en el sentido de que “uno debería estar dispuesto a aceptar como gobierno legítimo a personas que desprecia con ideas que detesta. Las personas deben poner su lealtad a las instituciones por encima de sus apegos a cualquier partido o facción”. Virtud cívica en el sentido de “entender que los ciudadanos tenemos obligaciones unos con otros, en cómo nos tratamos unos a otros en la vida cotidiana con consideración y cuidado. Esto requiere darle a las personas, en especial a los jóvenes, una educación ética ciudadana que incluya qué significa democracia, cómo funciona y cuáles son nuestras responsabilidades cómo ciudadanos.

Salir de esta gran recesión, implica visión y liderazgo con coraje, experimentar innovaciones y, sobre todo, compromiso e involucramiento de cada uno de nosotros. Mucho, todo, está en juego.