[OPINIÓN] Ariel Segal: “Las fases de Marruecos”.
[OPINIÓN] Ariel Segal: “Las fases de Marruecos”.

La selección de Marruecos es la representación africana y árabe que ha llegado más lejos a una fase de un Mundial de Fútbol y eso dice mucho sobre este deporte, el más globalizado, otrora dominado por unas cuantas potencias futbolísticas de Sudamérica y Europa. Sin embargo, la selección marroquí también cuenta la historia de éxito de migrantes de ese país a diferentes partes del mundo, puesto que 14 de ellos no nacieron en la tierra de sus padres como el madrileño Hakimi, jugador del PSG; el portero Bono (cuyo apellido real es Bounou) del club Sevilla, nacido en Montreal, Canadá; o Ziyech, de Países Bajos.

Marruecos fue colonia francesa y española de acuerdo al Tratado de Fez de 1912, cuando las dos, entonces potencias imperialistas, dividieron su territorio. La parte francesa se concentró entre las ciudades de Fez y Rabat (actual capital), hacia el sur y la parte del norte quedó en manos españolas incluyendo dos ciudades que aún son consideradas ciudades ibéricas por parte de España: Ceuta y Melilla.

Desde 1955 Marruecos es una monarquía parlamentaria a imagen y semejanza de sus dos imperios: Reino Unido y España, y aunque es uno de los países más moderados y menos represivos del mundo árabe e islámico – junto a Jordania, El Líbano y hasta hace poco Túnez–, las reformas de Mohamed VI, su actual rey, no podrían calificarla de ser una democracia liberal. Las migraciones marroquíes se dieron, mayormente, en la década de 1960 por razones económicas y los inmigrantes se establecieron, mayormente, en países europeos, sobre todo Francia y España y miles también llegaron a Sudamérica: naciones como Chile, Colombia y entonces, un país de inmigración, Venezuela.

Los hijos y nietos de las migraciones europeas del siglo XX son los que representaron a la selección de fútbol de Marruecos.

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Pedro Yaranga