(Foto: REUTERS)
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Los últimos cuatro meses demuestran que el presidente Castillo opera al borde del vértigo. Cuando las críticas a sus decisiones son altisonantes y generalizadas, cuando la oposición lo acorrala, cuando se encuentra al límite, es ahí cuando reacciona y ajusta sus acciones. Sucedió con Béjar, con Bellido y Maraví, con Barranzuela, con Pacheco y, recientemente, con el intento fallido de vacancia.

La reunión con líderes de oposición y, sobre todo, con bancadas de centro (llamémosle así a APP, AP, SP, Podemos y PM), debió haberse dado a inicios de su mandato, cuando la precariedad de su posición ya era evidente (férrea oposición, bancada disfuncional, y rechazo de un sector importante de la población). Debió haber cobrado sentido de la realidad en ese entonces para entender que la gobernabilidad del país y la viabilidad de su mandato implicaba que trance con el centro, que sea dialogante, que ceda y asuma posiciones moderadas, que encarpete sus anhelos refundacionales.

El rechazo de la moción de confianza se presenta como una segunda oportunidad para enmendar el rumbo y cambiar esta manera anárquica, y reactiva, de gobernar. De no dar una vuelta de tuerca terminará, a la larga, siendo defenestrado por el Congreso bajo el auspicio de la población.

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La encuesta de Ipsos publicada ayer por El Comercio es, en ese sentido, reveladora. A pesar del intento fallido de vacancia, la desaprobación del presidente se mantiene prácticamente incólume (ha subido de 57% a 58% en el último mes). Se creía que esta intentona lo victimizaría y le daría nuevos aires con la opinión pública, sin embargo, no lo ha ayudado a recuperar legitimidad, por el contrario, el descontento con su gobierno sigue escalando. Según Ipsos, el 56% de peruanos considera que el Perú está retrocediendo y apenas el 6% que está progresando.

La supervivencia del presidente depende de que encauce su gobierno, de que convoque a gente capaz y solvente, y de que genere confianza que atraiga la inversión privada para que, a la postre, cambie la sensación generalizada de estancamiento y retroceso.

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