"La AP reviste relevancia geopolítica ante las tendencias proteccionistas y la competencia entre grandes potencias, pues reafirma la defensa del regionalismo abierto para enfrentar retos comunes".  (Foto: Alianza del Pacifico)
"La AP reviste relevancia geopolítica ante las tendencias proteccionistas y la competencia entre grandes potencias, pues reafirma la defensa del regionalismo abierto para enfrentar retos comunes". (Foto: Alianza del Pacifico)

El 28 de abril se conmemoran 12 años de la Declaración de Lima, por la que se establece la Alianza del Pacífico (AP), mecanismo de integración económico-comercial y cooperación, integrado por Chile, Colombia, México y Perú, y concebido para avanzar hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas; lograr un mayor bienestar de sus habitantes, y proyectar a sus miembros al mundo, con énfasis en el Asia-Pacífico.

La AP es la octava economía del mundo y la sexta potencia exportadora; representa el 42.9% del PBI de América Latina y el Caribe, genera el 57.4% del intercambio comercial en la región y atrae el 45% de los flujos de inversión extranjera directa (IED).

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Con la entrada en vigor del Protocolo Comercial de la AP en 2016, el 92% del universo arancelario se liberó de manera inmediata, avanzando progresivamente al 99% de liberalización común hoy en día, y el flujo de inversiones intra-Alianza creció hasta acumular en 2019 el valor de US$17 mil millones. En el caso del Perú, entre el 6% y 7% de las exportaciones se dirigen a los países de la AP y el 9% de las importaciones proviene de dichos países.

Sin embargo, este aniversario encuentra a la AP en una situación particular, debido a la negativa del jefe de Estado mexicano de cumplir con su obligación de transferir al Perú la presidencia pro tempore (PPT). Esta situación contrasta con los avances registrados hasta hace unos meses por una AP consolidada como un referente latinoamericano de integración regional, que ha construido una agenda de trabajo diversificada que cubre temas comerciales y sociales; ha incorporado desafíos globales, como la gestión sostenible de plásticos y la transformación digital; y ha promovido la capacitación y creación de redes de jóvenes, docentes, empresarios e innovadores de los cuatro países.

La AP reviste relevancia geopolítica ante las tendencias proteccionistas y la competencia entre grandes potencias, pues reafirma la defensa del regionalismo abierto para enfrentar retos comunes. Por ello, es seguida con particular interés, sobre todo por países que aspiran a convertirse en miembros plenos (Costa Rica y Ecuador), en Estados asociados (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, República de Corea y Singapur) y por 63 Estados observadores, a los que se añaden socios estratégicos como el BID, CAF, OCDE, Cepal, Unión Europea y ASEAN. Tal es la importancia de la Alianza que la pertenencia a esta plataforma, que incorpora a tres miembros de la OCDE, fue un elemento valorado en la decisión de invitar al Perú a iniciar su proceso de adhesión a dicha organización.

No obstante el coyuntural escenario de politización por el que atraviesa la AP, el Perú reafirma su compromiso con este proceso de integración a través de acciones concretas. En lo que va del año, somos el primer país miembro en ratificar el Tratado de Libre Comercio AP-Singapur (PASFTA) y también el primero en transferir el aporte anual de US$250 mil al Fondo de Cooperación para financiar proyectos en favor de la ciudadanía. Asimismo, hemos organizado eventos con Costa Rica y Ecuador, reafirmando nuestro respaldo a sus procesos de adhesión y venimos apoyando la ejecución del Plan de Trabajo del Consejo Empresarial de la AP (CEAP), en el que sí se transfirió la presidencia al Perú, y que se encuentra bajo el liderazgo de la Cámara de Comercio de Lima.

Desde una perspectiva de política exterior, la AP es fundamental para fortalecer la inserción estratégica de nuestro país en el Asia-Pacífico, lo que se condice con nuestra participación en el Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC), cuya Presidencia ejerceremos en 2024. Ambos espacios comparten visiones y temáticas convergentes, como crecimiento sostenible e inclusivo, economía digital, fortalecimiento de la pyme, empoderamiento económico de la mujer, educación e innovación para la transición a la economía formal, entre otros.

La AP busca profundizar este acercamiento, iniciado en 2015 y 2016, con diálogos de líderes AP-APEC y, como parte de la Visión Estratégica a 2030, apunta a obtener el estatus de observador en APEC, en el camino hacia lograr un Área de Libre Comercio del Asia-Pacífico.

Por lo aquí expuesto, el Perú no renunciará a mantener vigente la AP y exigir su legítimo derecho de asumir la PPT, utilizando todos los medios políticos y jurídicos a su disposición. En esa línea, el pasado 11 de abril nuestro país ha dirigido una nueva comunicación, instando a la realización de consultas entre los Estados miembros de la AP, al amparo del artículo 12.1 del Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico. Esperamos que ello tenga lugar pronto; de lo contrario, la negativa de México de traspasar la PPT de la AP acarrearía responsabilidad internacional para dicho Estado, al vulnerarse la obligación de cumplir de buena fe lo dispuesto expresamente al respecto por el propio Acuerdo Marco.

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