En el último Pleno ni siquiera estaba seguro de que se tuvieran los votos para censurar al ministro de Transportes, que felizmente fue renunciado en plena sesión., recuerda el columnista. (Foto: Andina)
En el último Pleno ni siquiera estaba seguro de que se tuvieran los votos para censurar al ministro de Transportes, que felizmente fue renunciado en plena sesión., recuerda el columnista. (Foto: Andina)

En este Congreso no se van a conseguir los votos necesarios para sacar a Castillo del poder, ya sea por el procedimiento de la vacancia, en el que se requieren 87 votos, o el de la inhabilitación, en que se requieren 66 pero no votan los miembros de la Comisión Permanente. Es más, en el último Pleno ni siquiera estaba seguro de que se tuvieran los votos para censurar al ministro de Transportes, que felizmente fue renunciado en plena sesión.

Hay que reconocer que los operadores políticos del gobierno en el Congreso han hecho su trabajo y han logrado reclutar a “niños” y otros más, que bloquean cualquier posibilidad de deshacernos del peor gobierno que hemos tenido en la historia contemporánea.

Algunos congresistas, no todos, de Acción Popular, Podemos y Somos Perú-Morados, tendrán que responder ante sus partidos y la ciudadanía por su accionar tan vil y hasta delictivo, y deberán ser sancionados de una manera ejemplar.

En este escenario es el ruido de la calle el que puede hacer volver al país a un cauce donde una mínima racionalidad nos haga volver a algo cercano a un régimen normal que convoque a nuevas elecciones en el más corto plazo.

Solo la implacable fuerza de la voz de la gente puede hacer que nos libremos de una banda de delincuentes que han tomado por asalto el aparato del Estado. Ya vemos como el tiempo juega en contra. Han logrado bloquear la acción del Congreso y pronto harán lo mismo con la Policía y las Fuerzas Armadas, con lo que sería el fin de la democracia y la libertad.

Depende de cada uno el estar a la altura de las circunstancias, participando en estas movilizaciones que tienen que ser contundentes pero pacíficas, teniendo presente que es ahora o nunca.