(OPINIÓN) Felipe Quelopana: “El primer desaire de la FPF a Jorge Fossati” (VIDEO)

Jorge Fossati llegó a la Selección Peruana para rescatarla del foso, como lo hizo con Universitario hasta sacarlo campeón. El uruguayo llegó como un Salvador al ‘equipo de todos’, pero a la primera que necesitó de ayuda le dijeron que no.

Frustrado y fiel a su estilo, el técnico de 71 años no se quedó callado y arremetió. Aprovechó la conferencia de prensa de la bicolor para denunciar que solicitó adelantar la octava fecha de la Liga 1 para tener más tiempo a los seleccionados, pero ni lo escucharon.

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El septuagenario denunció que, en su primera convocatoria, ya no tiene voz. Lejos quedó todo el respaldo y el consenso casi unánime que su llegada al buzo más renombrado del fútbol peruano generó. Y un seleccionador sin voz ya perdió.

Al margen que los resultados ante los representativos de Nicaragua o República Dominicana lo acompañen o no, o si en la Copa América hace un campañón, ya perdió. Y Jorge Fossati —con toda su experiencia— lo sabe, es por eso que lo dijo públicamente en vez de guardárselo o resolverlo en privado.

El entrenador, que también tiene que ser un político, puso al frente a los organizadores del alicaído fútbol peruano sometiéndolos al escarnio público, a la crítica de la prensa y, sobre todo, a la presión del hincha buscando “recuperar” el control que pensó que tendría.

Recordemos que fue precisamente eso lo que reclamaron todos los últimos estrategas de la blanquirroja (sí, hasta el mismo Ricardo Gareca): que el presidente de la Federación los abandonó y no solo él, sino también todo el mundo a su alrededor.

Tal vez, será por eso que Jorge Fossati decidió desquitarse con el actual gerente de selecciones de la bicolor, el joven de 33 años, Franco Navarro, quien por estar mirando su celular durante la conferencia de prensa de los convocados se ganó un fuerte y, sobre todo, público regaño.

Todo quedó grabado. Y no solo me refiero al exabrupto del uruguayo, sino también al maltrato que este denunció por parte de quien lo contrató. Una situación más que lamentable para alguien de la talla de un seleccionador que solo pide que le den voz.

Ojo que, a sus 71 años, la paciencia del uruguayo no es la mayor de sus fortalezas y de repetirse ese u otros problemas, podría ser él quien abandone la mesa.

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