"Para legos en derecho, que sudan por seguir el razonamiento que se esconde debajo de tanta argumentación, la posición de la fiscal es indefendible".  (Foto: Congreso)
"Para legos en derecho, que sudan por seguir el razonamiento que se esconde debajo de tanta argumentación, la posición de la fiscal es indefendible". (Foto: Congreso)

Otra semana repleta de controversias judiciales debe haber dejado mareado a más de uno. La suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, dice que ella se allana a toda investigación, siempre que se respete el debido proceso. En su visión, eso implica que de ninguna manera la investigue la Junta Nacional de Justicia, que para eso está. Para evitarlo, planteó ante el TC una demanda competencial y además consiguió del PJ una medida cautelar impidiendo dos procesos que seguía la JNJ: uno sobre sus tesis esfumadas batiendo alas peruanas y otro sobre su decisión de cambiar a la fiscal a cargo del caso de su hermana jueza por liberar narcotraficantes. Antes de ser nombrada, lo descartó de plano por el evidente conflicto de interés, pero que ahora esgrime que no se le puede investigar por ejercer las atribuciones del cargo. Este argumento es insólito, porque el abuso del poder consiste en aprovechar las atribuciones del cargo para fines personales o distintos a los que el cargo justifica. ¿A qué investigación se allana? A las que puedan ocurrir en el Congreso, donde al parecer tiene agarrados de las esferas a congresistas de distintos partidos, y en cuya alocución reciente el tono de voz parecía casi amenazador. Una técnica que tuve que aprender para entender cómo afrontar el duelo de mis hijos pequeños fue a escuchar la música y no el contenido de las palabras, esa música refleja de manera mucho más clara qué siente y quiere transmitir la persona desde un plano emocional. Aprender a escuchar la música de las palabras es invalorable, aunque ciertamente arriesga cierta subjetividad. Ahora que ya trascendió que Villanueva se ha vuelto colaborador eficaz, se podrá tener más datos objetivos. La otra investigación que acepta es la de la Fiscalía, por un fiscal supremo que se debe basar en el trabajo liderado hasta ahora por la fiscal Barreto y que originó el operativo ‘Valquiria V’ y su amanecida previa hasta las 4 a.m. con destrucción de documentos. El pequeño detalle es que ya nombró a dos fiscales para reemplazar a Barreto, que prefirieron decirle nones.

Para legos en derecho, que sudan por seguir el razonamiento que se esconde debajo de tanta argumentación, la posición de la fiscal es indefendible. Es raro que un político tan experimentado como Jorge del Castillo haya aceptado un encargo así, el tiempo dirá qué lo explica.

La JNJ no está exenta de problemas. Son responsables de haber nombrado al encargado de la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público, que, en su primer día de funciones, se dedicó full time hasta notificar personalmente al fiscal Vela una denuncia sin sentido, que ahora le implica estar más de 8 meses sin sueldo, todo parece indicar que siguiendo indicaciones de la fiscal Benavides. La función de la JNJ era nombrar a alguien que tuviera independencia y sentido de proporción, se equivocaron de plano.

Los fiscales Vela y Pérez también fallan. Han abierto demasiadas investigaciones en paralelo y producido pocas denuncias sólidas, en ese aspecto sí tienen validez las críticas de Benavides, pero no es por eso que se les ha cuestionado. El expediente del caso cócteles tiene 6 mil páginas. No hay cabeza en la que pueda entrar una argumentación de esa cantidad de páginas. No hay defensa que se pueda plantear para algo así, ni juez que pueda mantenerse atento a algo de esa dimensión. Eso no es productividad, es verborrea. Los expedientes deberían tener un límite de páginas, que se cuente en centenas, no miles.

Hay tres incentivos perversos que conviene resaltar. Se cobra por horas: más papel, más honorarios, lo que alimenta la obesidad de alegatos y expedientes. Jueces y fiscales reciben sueldo fijo y deberían exigir simplificación, pero no lo hacen. Además, mientras más complicada la ley y los procesos, más tiempo se necesita para explicarlos. Y el más grave es que mientras más impredecible el sistema judicial, más dispuestos están a pagar los litigantes. Un guía de safari gana mucho más que uno de museo: hay más en riesgo. Los abogados que simplifican son minoría y necesitamos simplificar a la vena. La inteligencia artificial puede ser un gran aliado hacia futuro.

TAGS RELACIONADOS