"Los trabajadores independientes que no tributan por cuarta o quinta categoría enfrentan algunos obstáculos que dificultan que ahorren en el sistema previsional".
"Los trabajadores independientes que no tributan por cuarta o quinta categoría enfrentan algunos obstáculos que dificultan que ahorren en el sistema previsional".

Uno de los principales problemas del peruano es la baja densidad de los aportes. En promedio, un trabajador, en una vida laboral de 40 años, solo sostiene ahorros previsionales por 16 y lo ahorrado suele no ser suficiente para lograr una pensión adecuada.

Las razones son múltiples. Está, por ejemplo, la alta inestabilidad laboral en un país sumamente informal; la dificultad de mujeres y adultos mayores, para obtener trabajo formal; la significativa deuda por parte de los empleadores (en especial del Estado) en lo que concierne a los aportes de sus colaboradores; y la falta de incentivos y facilidades para hacer aportes voluntarios. Sin mencionar el impacto de los retiros extraordinarios (devenidos peligrosamente ordinarios) que se han dado en los últimos años. Una serie de condiciones que no solo perjudican la jubilación de millones, sino que también debilitan al sistema.

La reforma del sistema debe apuntar a remediar cada uno de estos puntos, pero existe un camino que debería caerse de maduro: facilitar la vida a los que tienen la intención de ahorrar voluntariamente con más (mucha más) flexibilidad. El sistema debería premiar e incentivar que los interesados en aportar lo hagan sin que algunas reglas carentes de sentido se lo compliquen.

Hoy, por ejemplo, los aportes voluntarios solo pueden dirigirse al tipo de fondo donde el afiliado aporta de manera obligatoria. Es decir, no se autoriza que ahorre en más de un fondo, lo que le permitiría diversificar su portafolio de inversiones y tener mayor injerencia en los niveles de riesgo y, por tanto, de rentabilidad sobre sus contribuciones. La regulación debería permitir que una persona decida mantener sus aportes obligatorios en un fondo de bajo riesgo e invertir sus excedentes en otros con mayor riesgo y potencial de rentabilidad.

Por otro lado, los trabajadores independientes que no tributan por cuarta o quinta categoría enfrentan algunos obstáculos que dificultan que ahorren en el sistema previsional. Se les condiciona a la constitución de un aporte obligatorio y, si lo tienen, el monto mínimo de dicho aporte es de S/137.76. Quienes quieran construir un fondo para su futuro deberían tener la posibilidad de ir sumando dinero en línea con lo que les permita su situación económica. Un sol en un mes es mejor que nada.

Pero, así como la flexibilidad es urgente, también lo es que esta esté acompañada de una campaña seria de educación financiera. Es importante que los beneficios de ahorrar en el sistema previsional sean plenamente conocidos, así como la manera en la que las administradoras de fondos los manejan para obtener rentabilidad.

La información da poder a las personas mientras ayuda a consolidar la confianza. Esto último se ha estado perdiendo y ha hecho del SPP un blanco fácil para iniciativas antitécnicas en los últimos años. Alcanzar mayor flexibilidad es un punto clave de un proceso de reforma que tenemos que recorrer. Hay buenas propuestas. La del Ejecutivo es un paso en el sentido correcto. Y tenemos que empezar a avanzar por el bien de los afiliados y del país.

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