Reflexión de Navidad.
Reflexión de Navidad.

La Navidad es feliz para muchos pero triste para otros. Somos felices porque nos juntamos con gente que queremos, incluso adoramos, pero también hay dolor por los que no están, por los que ya partieron, por los que viven en la pobreza, tienen enfermedades, y también, por supuesto, por los que sufren de salud mental.

En mi caso, la Navidad trae ambivalencia, es decir, me pone feliz pero también un poco triste. Soy felicísimo por mis hijos, y disfruto mucho de los familiares y amigos que tengo, pero también recuerdo a mi padre que murió hace varios años. Y a mis abuelos. También me da pena porque veo a muchas personas que en Navidad están removidas y movidas; algunos regresionan, algunos recaen.

Quiero hacer una reflexión esta Navidad sobre Jesús, pero no desde el punto de vista de la Iglesia, ni siquiera tanto esta vez de su persona, sino de su rol, de su oficio, de su función. Hasta hace unos años asociaba a Jesús con el amor, con el salvador, con el perdonador, y en Navidad, con el niño, con el nacimiento. Pero resulta, para mi grata sorpresa, que Jesús era también un sanador, un “salud-dador”, un maestro de humanidad.

Les recomiendo mucho estudiar la historia de Jesús, así como la de otras religiones, y desarrollen algún tipo de vida espiritual. He comprobado a lo largo de los años trabajando con el sufrimiento psíquico (propio y ajeno) que las personas que tienen algún tipo de desarrollo y cultivo espiritual terminan sanando mejor. Hay una conexión seria y fuerte entre la dimensión espiritual y la dimensión psicológica del ser humano.

Les deseo de todo corazón una muy feliz Navidad y un excelente 2024.