[OPINIÓN] Hugo Palma: “…Muchísimo que hacer”. (@photo.gec /Lenin Tadeo)
[OPINIÓN] Hugo Palma: “…Muchísimo que hacer”. (@photo.gec /Lenin Tadeo)

Vallejo, te dolió el Perú. ¿Morirás de nuevo por la podredumbre que nos ahoga, fruto de tanta incuria, frivolidad y corrupción? Nosotros, todos, invocados por ti como “hermanos” a que hiciéramos, hemos fallado. Seguimos creyendo cuentos, mirándonos el ombligo, desoyendo alertas, tolerando todo, olvidando lecciones y esperando que alguien resuelva nuestros problemas. Esto no es masoquismo; es nuestra responsabilidad. ¿O no?

Entendamos hoy mismo la magnitud de la crisis, comparable o más grave que la guerra con Chile o el “equilibrio estratégico” de Sendero Luminoso, o nos condenamos a largas penas “de llanto y crujir de dientes”. No es un culebrón de TV. ¿Ya olvidamos la destrucción y muerte que produjo el terrorismo? Gozamos un formidable crecimiento económico, pero no ordenamos la política, la economía ni promovimos la ética. La informalidad y las actividades delictivas se dispararon: producción y tráfico de drogas, minería ilegal, negocios oscuros en todo nivel económico o sector social, violencia masiva y más. Toledo y su “regionalización”: desastre para millones y lotería para millares. Cada Congreso peor que el anterior. Los expresidentes en temas penales. ¿Qué Fiscalía, Contraloría y justicia podrían frenar tantísimos “sacrificados para el pueblo” que lo saquean impunemente? Es obvio que la población padece grandes necesidades y que la ineficiencia y corrupción de autoridades son pavorosas. Ha habido y hay dinero, pero nada mejora porque recaudan poco y, peor, roban mucho y no saben hacer nada bien. El local que más sufrió en Chota por la lluvia fue el hospital que inauguró Castillo meses antes. ¿Está claro o necesitan más ejemplos? Hay miles.

Necesitamos prioridades. Monterroso escribió el cuento más corto: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Cambiemos ‘dinosaurio’ por ‘terrorismo’ y veamos la realidad. ¿No les gusta? Mala suerte. El Dr. Carlos Sánchez Berzaín de Bolivia, exiliado 20 años, explica que los ataques a la democracia no son ideológicos, sino delictivos. No apuntan a las necesidades y expectativas del pueblo, sino al poder total para enriquecer a sus cabecillas. Y, esencial, que se trata de la expansión de la red delictiva de autoridades de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y aspirantes, encabezada por Cuba, que no puede alimentar a su pueblo ni sobrevive sin saquear a otros. Con sus “locales”, han avanzado tanto que el gobernador de Puno quiere mudar el departamento a Bolivia, cuyos dirigentes odian al Perú. ¿Y la luminosa idea de cercenar la mitad del país para la nueva “República Independiente del Sur”? Destruir, incendiar, bloquear y hasta matar les son indispensables para implantar el castro-chavismo. Y concluyó que la democracia tiene “amigos de mentira y enemigos de verdad”. ¿Qué es lo que no entendemos?

La patria está en peligro. ¿Y, usted y los jóvenes invisibles, qué van a hacer? Decídanlo, pero no se quejen si les duele perder su libertad; sus posesiones modestas, medianas o grandes; el derecho a informarse, educarse y progresar, y, si molestan mucho, hasta la vida. ¿O esas cosas no suceden? “Es mejor actuar y arrepentirse que no actuar y arrepentirse”, dice Maquiavelo. Piénsenlo, pero ya y muévanse.

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