"El riesgo al que estamos expuestos por la escasa adaptación al cambio climático no solo afecta la vida y salud de los peruanos en el corto plazo, sino fundamentalmente en el largo plazo".
"El riesgo al que estamos expuestos por la escasa adaptación al cambio climático no solo afecta la vida y salud de los peruanos en el corto plazo, sino fundamentalmente en el largo plazo".

Por: Joanna Kámiche, directora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.

El ha agravado el impacto que la temporada de lluvias ha generado en el norte. Más aún, los efectos se intensificaron por otros fenómenos inusuales como el ciclón Yaku, en marzo. En ese sentido, un informe de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de EE.UU. (NASA) identificó un incremento anómalo en la temperatura del mar peruano, que tras el paso de Yaku superó los 27°C y produjo fuertes lluvias y tormentas eléctricas en las regiones del litoral.

A las lluvias del primer trimestre se suman las fuertes nevadas de hace pocos días en la sierra sur (en Cusco en particular), que afectaron actividades económicas y sociales. De igual forma, en el mundo hubo fenómenos meteorológicos extremos, como el caso de la península de la Florida que atravesó en abril la peor lluvia de los últimos 40 años. Por ello, se necesitan esfuerzos de adaptación al cambio climático, como lo conversamos a fines de marzo en la Universidad del Pacífico, en un evento organizado en coordinación con el Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe, de la Universidad de los Andes de Colombia.

El primer trimestre nos ha mostrado la importancia de tener infraestructura pública que minimice el impacto de las lluvias en las ciudades (drenajes pluviales, defensas ribereñas) y en el campo (mantenimiento de sistemas de riego, por ejemplo). Para lograrlo, es clave una adecuada gestión del presupuesto público, lo cual generalmente no se logra. Por ejemplo, en 2022, de S/453 millones de presupuesto asignado a la gestión de riesgo de desastres, los gobiernos locales en promedio solo ejecutaron el 62.5%; y aun en regiones frecuentemente afectadas no se ha utilizado todos los recursos, como en Lambayeque, Piura y La Libertad, que usaron el 56.3%, 74.2% y 74.7%, respectivamente.

El riesgo al que estamos expuestos por la escasa adaptación al cambio climático no solo afecta la vida y salud de los peruanos en el corto plazo, sino fundamentalmente en el largo plazo. El Minam ha estimado que para 2050, el PBI se reduciría entre un 11% y 20% debido al riesgo frente a eventos como El Niño. Por ello las autoridades locales y regionales deben planificar y ejecutar el presupuesto, respondiendo al nuevo escenario que nos presenta el cambio climático. Ello implica que las inversiones y el uso de recursos públicos se realicen considerando los potenciales daños que los eventos climáticos pueden generar, para que se realicen inversiones que incluyan un componente que reduzca su vulnerabilidad y aumente su resiliencia frente a dichos fenómenos. Esto implica la planificación de las inversiones bajo un enfoque de gestión de riesgo de desastres. Para ello, es urgente contar con equipos técnicos subnacionales capaces de diseñar e implementar proyectos integrales que respondan al desafío del cambio climático.

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