Fueron 16 los fallecidos tras ataque perpetrado por el grupo terrorista Sendero Luminoso en el Vraem. (Foto: GEC)
Fueron 16 los fallecidos tras ataque perpetrado por el grupo terrorista Sendero Luminoso en el Vraem. (Foto: GEC)

El horrendo asesinato de 14 adultos y dos niñas perpetrado por Sendero Luminoso del Vraem, que encabeza Víctor Quispe Palomino, (a) ‘José’, el 23 de mayo en el centro poblado San Miguel del Ene, en el Vizcatán, requiere de análisis serio y objetivo de documentos antiguos y recientes que nos den claridad sobre la autoría y ponga cada cosa en su lugar.

En 2020, los terroristas difundieron la “orden del MPCP”, con 24 normas de conducta de obligatorio cumplimiento, que es una síntesis de un documento similar de 2018 y contiene: 1. La nueva forma de autoridad (nuevo poder constituido por el partido, la familia, autoridad electa, profesor y CADs o ronderos), 2. Los 14 tipos de personas para ser asesinadas (drogadictos, homosexuales, lesbianas, ladrones), 3. Ámbito de aplicación (anexo, poblado, centro poblado, distrito), 4. La amenaza de muerte a los que voten por Keiko Fujimori y/o usen los programas sociales, que no son sino una antigua estrategia de “encuadramiento” de la población (separar la masa del Estado).

A la luz de los documentos mencionados, es necesario dejar totalmente claro que ninguno de los candidatos o sus partidarios son responsables del crimen del domingo último; hacerlos responsables es de absoluta ignorancia sobre terrorismo y necedad política. Sin embargo, no se puede soslayar que Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo hayan sido relacionados públicamente con el ‘camarada José’ en años anteriores, lo que despierta la suspicacia de muchos, pero en ningún caso los relaciona con la masacre.

Los operadores de Pedro Castillo son los responsables del rechazo que causa el discurso contrario a la vida, la paz, la libertad y la democracia, y de que algunos traten (equivocadamente) de relacionarlos con la matanza. Son ellos mismos quienes se han encargado de pavonearse con Nicolás Maduro y su socialismo decadente, o del lanzamiento de proclamas sobre “revolución socialista”, de su evidente desprecio por la democracia representativa (“pelotudeces democráticas”, según Bermejo) y las declaraciones de testigos que dan cuenta de la relación con los Quispe Palomino; por eso la repulsa que incluso obliga a los más sensatos de diversas tiendas políticas a virar más hacia la derecha, aunque no les guste.

Una vez más son los crímenes terroristas los que escriben con sangre la agenda futura de los políticos; una vez más insistimos entonces en que un nuevo gobierno debe construir una política de Estado seria contra el terrorismo, con estrategias en educación, reforma del Estado e inversión social, así como el fortalecimiento de las acciones de inteligencia operativa policial y militar para conjurar el fenómeno de manera permanente y que no tengamos que repetir esta misma propuesta dentro de 30 años, como en 1992. ¡Sí se puede!