"Hoy muchos sienten un gran abandono. Ven un Estado indolente, corrupto, que cobra impuestos y da poco o nada..."  (Foto: Jorge Cerdán | GEC)
"Hoy muchos sienten un gran abandono. Ven un Estado indolente, corrupto, que cobra impuestos y da poco o nada..." (Foto: Jorge Cerdán | GEC)

Frente a la , lograr orden, paz y progreso no será fácil, pero es lo que esperamos la mayoría de los peruanos. Esta situación nos debe llevar a una profunda reflexión. Lo primero que debemos entender es que el Perú cambió. No vamos a regresar al país que teníamos hace cinco, diez o quince años.

El brutal golpe de la pandemia, el deterioro del empleo, la inestabilidad política y el bajo nivel de los servicios públicos nos ponen en un país que solo mejorará si cambiamos la forma en la que nos relacionamos. Necesitamos un cambio de ciclo en la vida nacional. Uno en el que todos apuntemos a mejorar la manera en que funciona el país y la calidad de vida de los peruanos.

Hoy muchos sienten un gran abandono. Ven un Estado indolente, corrupto, que cobra impuestos y da poco o nada, y perciben a las empresas como indiferentes a sus problemas e interesadas solo en sus ganancias. Debemos ser conscientes de la realidad verdadera que viven y sienten la mayoría de los peruanos.

Desde el sector privado hemos impulsado el crecimiento del país con inversión, generación de divisas, creación de empleo formal y digno. Hemos impulsado miles de acciones de responsabilidad social, traído modernidad, capacitación, tecnología y hemos pagado nuestros impuestos. A pesar de todo eso, la confianza en las empresas bordea solo el 20%. Para la mayoría, la gran empresa no es un amigo ni aliado.

Debemos cambiar esta situación. No basta con ser buenos empresarios. Debemos ir más allá de nuestros roles y llevar adelante acciones que generen un impacto de verdad positivo y grande en la vida de los peruanos. Podemos y debemos hacerlo, juntos.

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