La debilidad del gobierno(Foto: iStock)
La debilidad del gobierno(Foto: iStock)

Latinoamérica está llena de países con mucho potencial para ser realmente prósperos. Lo curioso es que, aun con tanta riqueza en sus tierras, siguen estando en la zona de espera, en la puerta trasera, aguardando su gran momento, y en esa espera, ¿qué hacen para lograr prosperar o al menos mejorar? Muchos años y aún viviendo de lo que siempre ha funcionado, de los metales y de los alimentos que abundan en sus tierras, viviendo de lo que la naturaleza provee. Sería interesante ver a muchos de los líderes de los gobiernos de Latinoamérica priorizando un plan agresivo para tener a un pueblo “tan educado” que pueda generar valor al país con sus talentos y educación, “tan sano” porque encuentra una red de infraestructura de salud que le permite cuidar de sí mismo para seguir produciendo y viviendo en bienestar, “tan comprometido” con ver crecer a su país que empiece a amar sus raíces, valorando su propia cultura, sintiendo ese orgullo verdadero, ese que motiva.

Para hacer solo esas tres cosas que he mencionado, se necesita de un liderazgo en cada país que refuerce la mentalidad de desarrollo y de unión. Sin embargo, hay un talón de Aquiles en muchos países de Latinoamérica y sobre todo en los últimos tiempos: tener gobiernos que se sienten víctimas del mundo, que incitan a sus pueblos a sentir rechazo hacia el que “más tiene”. Y es por ello que con argumentos de división van logrando lo que más parece un deseo personal de poder, lo cual resulta siendo tan egoísta y punible como la corrupción y otros males parecidos.

En ese argumento de división, van enfatizando las diferencias; hablan sobre ricos y pobres, sobre razas, o del que habla cierta lengua y el que no. Todo esto, y más, es una invitación a contar con una mentalidad llena de elementos negativos que solo frenan el desarrollo de una persona, la hacen sentir pobre mentalmente porque siente que algo le quitaron, porque se siente víctima, inferior, menos valorado.

Con esa división se empieza a multiplicar mentes y espíritus desmotivados, listos para seguir las corrientes de aquellos pseudo líderes, cuando la idea es crear y hacer planes eficientes que solucionen las demandas de los pueblos, más aún de las personas que más necesitan y generar “unión” para un crecimiento y desarrollo conjunto.

Si buena parte de Latinoamérica sigue liderada por aquellas mentes y espíritus de pobreza, el vacío, no solo en los estómagos, sino en las mentes y el alma, se multiplicará y el horizonte hacia el desarrollo y la prosperidad cada vez se hará más lejano.

Ojalá, cada uno no caiga en aquel juego y así, pronto, Latinoamérica logre tener gobiernos que solo sepan multiplicar el bienestar en la vida de todos.


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