Mujeres bajo el régimen talibán en Afganistán. (Foto: AP)
Mujeres bajo el régimen talibán en Afganistán. (Foto: AP)

Estamos siendo testigos de un acontecimiento que solo nos deja atónitos mirando al costado, a ver quién hace algo tremendamente extraordinario y ponga un alto a una situación tan difícil como la que hoy viven las mujeres en Afganistán.

De pronto, el día menos deseado por muchos ciudadanos afganos llegó; las tropas estadounidenses salieron sin fecha de retorno, dejando a la suerte a miles de personas y, lo más crítico, a miles de mujeres desprotegidas ante hombres con mentes llenas de ideas dignas de películas antiguas que narran radicalismo en su máxima expresión.

Nos lleva a pensar; las mujeres cada vez más tenemos no solo el derecho sino el deber de lograr alcanzar esa libertad sin necesidad de rogar por ella, sino por el simple hecho de venir en nuestra propia naturaleza.

Las mujeres cada día, en Occidente y en muchos países de Oriente, vienen tomando un rol cada vez más empoderado que suma al bienestar y al desarrollo del mundo.

Muchas de ellas, en diferentes rubros, van aportando desde sus lugares, al igual que muchos hombres, porque la idea no es pretender ser iguales porque no lo somos, pero cada quien, con sus talentos, experiencia y habilidades, va poniendo granos de arena al crecimiento de sus países.

No solo me refiero a mujeres que lideran empresas. Me refiero a mujeres que lideran sus hogares. En el Perú, según Enaho, de los 8 millones de hogares en el país, el 34.7% tiene a una mujer como jefa de hogar.

La mujer tiene ese liderazgo innato que necesita por alguna razón ser ratificado por la sociedad de hoy en día; sin embargo, sabemos que cada una tiene el deber de buscar el logro de sus metas, y el gobierno juega un papel demasiado importante en el respaldo del avance de la mujer. No solo en temas de educación; de hecho, para tener una idea respecto a la educación de las mujeres de 15 años a más, el 40.3% tiene educación secundaria, el 29.6% educación superior y el 22.7% educación primaria. Hablamos también de un respaldo en la protección mediante entidades que sean eficaces soportes para la seguridad de las mujeres, aplicando diferentes recursos y herramientas, y castigos a quienes no la respeten, hasta convertir el respeto a la mujer en algo tan natural como respirar.

Un país que busca el crecimiento y desarrollo de todos sus habitantes implica bienestar en la calidad de vida de hombres y mujeres.

El abuso y demás hechos negativos contra la mujer y contra cualquier ser humano no son negociables.

Nos vemos en

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