"Como en el cuento de Dickens, nuestro amigo es visitado en Nochebuena por los tres fantasmas de la Navidad que le muestran el pasado, el presente y el futuro de nuestra economía".
"Como en el cuento de Dickens, nuestro amigo es visitado en Nochebuena por los tres fantasmas de la Navidad que le muestran el pasado, el presente y el futuro de nuestra economía".

En estas nuestro Sr. Scrooge peruano, apesadumbrado por la difícil situación del país, que se refleja en sus deudas personales y la caída de las ventas de la empresa en la que trabaja, donde, además, han despedido a varios de sus compañeros en estas fiestas, se va a dormir en medio de una gran tristeza y desesperanza.

Como en el cuento de Dickens, nuestro amigo es visitado en Nochebuena por los tres fantasmas de la Navidad que le muestran el pasado, el presente y el futuro de nuestra economía. Ni bien cae dormido, es despertado por el fantasma del pasado. Vestido con traje de Papá Noel un poco desgastado, nuestro rollizo fantasma del pasado le muestra una economía que se levantó de los escombros en la que quedó después de la hiperinflación. Una economía que en 1990 tenía un PBI per cápita de 1,304 dólares, con 57.4% de pobreza, en la que nadie invertía y los jóvenes ansiaban salir del país, como fue su caso. Luego le mostró su regreso al país a finales de esa década, contratado por una empresa importante. En un país que salía de una severa crisis económica, pero donde había trabajo e ilusión. La siguiente visión que le muestra es cuando lo nombran gerente general de la empresa en 2011, luego de tres años batiendo récords de ventas, en un país que lideraba el crecimiento en América Latina, con un PBI per cápita de 5,736 dólares (¡implica un crecimiento anual promedio de 7.3% por más de 20 años!) y una pobreza que caía aceleradamente llegando a 27.8%.

Entonces, la música de fondo empieza a cambiar y le muestra imágenes de conflictos, pésimas políticas y estancamiento. En medio de este desánimo, cae en un sueño sobresaltado.

Luego, es despertado por el fantasma del presente, un viejito enjuto con cara triste. Le muestra la imagen de un día de inicios de diciembre cuando tomaba su desayuno leyendo en Perú21 los nuevos casos de corrupción, la crisis institucional del sistema de justicia y al presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) diciendo que este año 2023 caeríamos 0.6%. Recordó que, desde que había regresado al Perú en más de 20 años, salvo por la pandemia, nunca la economía había caído. En medio de una música muy triste, empieza a dormirse, recordando las estimaciones de que la pobreza estaría en más de 30% este año (¡14 años de retroceso!).

Vuelve a despertarse en medio de un ruido ensordecedor. Se sorprende de ver al fantasma del futuro con una figura muy delgada que tenía media cabeza con cabello largo y la otra mitad totalmente calva. Quiere preguntarle de dónde viene el ruido, pero el fantasma le hace una señal de silencio y le pide que lo siga. Atraviesa un corredor largo y poco iluminado, y llegan a final donde hay dos puertas. El fantasma abre la primera puerta y el ruido explota. Logra ver una situación de caos y descontrol, la gente sin trabajo, manifestaciones, conflictos sociales, crisis políticas y destrucción del valor de las empresas. El fantasma cierra esa puerta y abre la siguiente puerta; el ambiente es totalmente distinto, ve a sus amigos desempleados que encontraron buenos trabajos, hay inversión, la gente vuelve a confiar en el país, un país donde el crecimiento retoma las cifras de 6% como promedio anual y vuelve a ser la envidia de la región.

Con aprensión le pregunta al fantasma: ¿Cuál es el futuro de nuestro país? El fantasma con sonrisa enigmática le dice: ‘Depende de ustedes decidir qué puerta quieren escoger. Las sociedades como la naturaleza están gobernadas por leyes inviolables que determinan si las sociedades progresan o se estancan. Si no se ponen de acuerdo para respetar estas leyes, la segunda puerta desaparecerá y solo les quedará la primera puerta, la puerta del caos y el estancamiento’.

Luego de esto, el fantasma se da la vuelta y se aleja lentamente mostrándole la parte calva de la cabeza. Y es cuando Scrooge reconoce en el fantasma a Occasio, la diosa romana de la oportunidad. No podemos perder esta oportunidad.

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