"En relación con su impacto actual, imaginemos un Perú sin la minería formal. El país perdería el 10% de su PBI".
"En relación con su impacto actual, imaginemos un Perú sin la minería formal. El país perdería el 10% de su PBI".

Por Mariela García de Fabbri, gerente general de Ferreycorp

¿Por qué es importante que los peruanos valoremos la ? Responder esta pregunta supone entender su enorme impacto hoy, así como el potencial de su aporte a futuro, que se amplía con la inmensa oportunidad vinculada a la transición energética, que ya comenzó.

En relación con su impacto actual, imaginemos un Perú sin la minería formal. El país perdería el 10% de su PBI; se privaría de una inversión anual de más de US$5 mil millones, en cifras del último par de años, o de US$8 mil millones en años pico; reduciría en casi 60% sus exportaciones; y dejaría de crear miles de puestos de trabajo directos e indirectos. En la última década, Perú no habría percibido más de S/66 mil millones por recaudación fiscal, que financia infraestructuras, servicios básicos, programas sociales y otros temas vitales para los ciudadanos, y las regiones no habrían recibido más de S/53 mil millones por conceptos de canon y regalías (con la tarea urgente, para gobiernos regionales y locales, de garantizar su gasto integral e idóneo).

Mirando al futuro, el impacto puede ser mayor si llegamos a un consenso como país para empujar el desarrollo de la cartera de cerca de 50 proyectos mineros con US$53 mil millones de inversión. Debemos decididamente aprovechar la oportunidad que ofrece la transición a una energía más limpia, en la que el cobre juega un papel central. El Perú –hoy segundo productor después de Chile– podría llegar a ser el primero si se promueven políticas proinversión y una cultura minera en la ciudadanía.

El mundo consume hoy 25 millones de toneladas de cobre al año, y el Perú abastece el 10%. Las reservas del país y posibles proyectos de nuevas minas ya identificados y con estudios avanzados muestran que sí es posible duplicar nuestra producción y alcanzar el primer lugar, al producir el 20% del volumen global futuro. La demanda está garantizada: se estima que ascenderá a 50 millones de toneladas hacia 2035 por la transición energética. Pero, para lograrlo, y ampliar el aporte minero al país, debemos invertir en los nuevos proyectos. La última inversión importante, de US$5,500 millones, se inició hace más de cinco años y comenzó producción en 2022. Los proyectos de inversión salen a producción después de unos siete años; países como el Congo ya lo entendieron y están realizando inversiones que podrían arrebatarnos el ansiado lugar. ¡Recuperemos el tiempo perdido! Oportunidades como esta se presentan pocas veces, ¡no la desaprovechemos!

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