[OPINIÓN] Pablo de la Flor: Burneo: reiterando lo evidente

El ministro de Economía ha aprovechado su intervención en Perumin esta semana para reconocer algo que resulta cada vez más obvio y evidente: el Perú está dejando de ser un país atractivo para la inversión minera como consecuencia de la conflictividad, inestabilidad y falta de predictibilidad.

No hay que ser demasiado perspicaces para reparar en lo que ha venido ocurriendo con la industria durante los últimos años. Basta con revisar los titulares e informes oficiales para constatar los efectos perversos de la espiral de conflictos que agita buena parte del sector, y que durante el último año ha afectado la producción de nuestras operaciones más relevantes.

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Esta situación no solo es alimentada por la incapacidad del Estado para traducir los importantes recursos generados por la minería en desarrollo que beneficie a las comunidades, sino que responde también a su falta de voluntad para hacer respetar la ley cuando la protesta deviene en actos ilegales como el bloqueo de carreteras y la destrucción de infraestructura.

El ministro aprovechó también para anunciar medidas que aligeren la tramitología que asfixia la industria. A manera de ejemplo, obtener los permisos para realizar exploraciones puede tomar 30 meses (10 veces más que en otros países). Sin embargo, será difícil que las otras burocracias ministeriales se alineen con el MEF sin un mandato claro y directo del propio presidente y la PCM, algo altamente improbable en una administración que, como bien sabemos, marcha al garete.

Mientras tanto, los precios de los metales se contraen en respuesta a la desaceleración económica mundial, y nuestro país pierde posiciones en los ránkings de competitividad. En ese contexto, de poco o nada sirve alardear sobre nuestro cuantioso portafolio de proyectos (más de US$50 mil millones en cartera) si no generamos las condiciones mínimas de paz social, estabilidad y racionalidad que faciliten la puesta en marcha de esas nuevas inversiones mineras.

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