Gustavo Petro y Nicolás Maduro durante una reunión bilateral en Brasilia el 30 de mayo de 2023, en el marco de una cumbre de líderes sudamericanos. (Foto de la Presidencia de Colombia / AFP)
Gustavo Petro y Nicolás Maduro durante una reunión bilateral en Brasilia el 30 de mayo de 2023, en el marco de una cumbre de líderes sudamericanos. (Foto de la Presidencia de Colombia / AFP)

Hace menos de un año, se hablaba acerca del retorno al poder de la izquierda en Iberoamérica. No cabía dudas: Sánchez en España, Boric en Chile, Petro en Colombia, AMLO en México, Lula en Brasil, Arce en Bolivia, el Kirchnerismo en Argentina, Pedro Castillo en Perú, y las dictaduras de Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua, Diaz Canel en Cuba, eran la muestra de ello. Sin embargo, en la actualidad el panorama para Iberoamérica ha cambiado considerablemente.

En Chile perdieron la composición de la asamblea nacional, entregándole a la derecha un poder casi absoluto para la redacción de la nueva constitución chilena. En España el PSOE y el partido ultraizquierdista Podemos acaban de perder la mayoría de las regiones autónomas en las últimas elecciones y el presidente Sánchez a convocado a unas elecciones anticipadas en las que el PP tiene todas las de ganar. En Perú, como todos sabemos, Pedro Castillo fue destituido después de pretender perpetrar un golpe de Estado. Hoy gobierna el congreso, en su mayoría conservador, a través de Dina Boluarte, la vicepresidenta de Castillo. Mientras que el alcalde de Lima, la ciudad más grande del país, la tiene el conservador Rafael López Aliaga. En Argentina, el candidato de ultraderecha Javier Milei ha empezado a encabezar las listas de preferencias para la presidencia de dicho país. En Ecuador, tras la disolución de la Asamblea Nacional por parte del presidente Lasso, el 75% de los ecuatorianos han apoyado la medida, según la última encuesta de Click Report. Guillermo Lasso tiene hoy poder casi absoluto para hacer reformas políticas en su país.

Por su lado, Petro tiene enormes dificultades para poder darle estabilidad a su gobierno. Los escándalos de corrupción (en los que está involucrado su propio hijo), los cambios de su gabinete y la fuerte oposición de las instituciones en Colombia han limitado el gobierno del exguerrillero. Mientras que el gobierno de AMLO, aunque aún mantiene su popularidad, empieza a estar manchado de corrupción. La estrategia de ambos ha sido atacar a Perú en el ámbito internacional, específicamente, no reconociendo el gobierno de la presidenta Boluarte por considerarlo ‘no democrático’. Sin embargo, ambos presidentes no tienen problemas en hermanarse con Diaz Canel, Maduro y Ortega, los dictadores lumpenescos de la región.

(L-R) Venezuela's President Nicolas Maduro, Suriname's President Chan Santokhi, Guyana's President Irfaan Ali, Colombia's President Gustavo Petro, Bolivia's President Luis Arce, Brazil's President Luiz Inacio Lula da Silva, Argentina's President Alberto Fernandez, Chile's President Gabriel Boric, Ecuador's President Guillermo Lasso, Paraguay's President Mario Abdo Benitez, Uruguay's President Luis Lacalle Pou, and Peru's Prime Minister Alberto Otarola pose for a family photo at the Itamaraty palace in Brasilia on May 30, 2023. Brazilian President Luiz Inacio Lula da Silva called for South American unity Tuesday as he welcomed fellow leaders for a "retreat" to strengthen ties in a region where left-wing governments are newly back in style. (Photo by SERGIO LIMA / AFP)
(L-R) Venezuela's President Nicolas Maduro, Suriname's President Chan Santokhi, Guyana's President Irfaan Ali, Colombia's President Gustavo Petro, Bolivia's President Luis Arce, Brazil's President Luiz Inacio Lula da Silva, Argentina's President Alberto Fernandez, Chile's President Gabriel Boric, Ecuador's President Guillermo Lasso, Paraguay's President Mario Abdo Benitez, Uruguay's President Luis Lacalle Pou, and Peru's Prime Minister Alberto Otarola pose for a family photo at the Itamaraty palace in Brasilia on May 30, 2023. Brazilian President Luiz Inacio Lula da Silva called for South American unity Tuesday as he welcomed fellow leaders for a "retreat" to strengthen ties in a region where left-wing governments are newly back in style. (Photo by SERGIO LIMA / AFP)

A la izquierda se le está esfumando el poder de las manos justamente por eso: no poder deslindarse de las ya fracasadas dictaduras de la región. La incapacidad de la izquierda latinoamericana de modernizarse, de abrazar las instituciones y los valores democráticos ha generado como respuesta el apoyo casi automático de la población por propuestas conservadoras que no representan, necesariamente, un proyecto de mejora. En los próximos años veremos las consecuencias de esto: una derecha conservadora, desaforada, que tampoco cree en los derechos humanos y cuya propuesta sigue siendo, en el fondo, antiliberal.

El crecimiento de candidatos que ven como su referencia a Bukele es peligroso para la región. En aras de la seguridad no se pueden sacrificar los derechos humanos, ya hemos visto el caso de Fujimori. La aparición de Jan Topic en Ecuador debería preocuparnos. Al final, si ni la izquierda ni la derecha pueden solucionar los problemas endémicos de nuestra región, seguiremos en un círculo vicioso que hará aparecer, cada vez, a candidatos más extremistas y menos preparados. Si no hay pactos para generar agendas nacionales, estamos perdidos. Si bien a la izquierda se le está yendo el poder de las manos, no creo que la derecha tenga la capacidad de contenerlo por mucho tiempo tampoco. Por lo pronto, en el Perú, los 49 muertos del gobierno de Dina Boluarte, serán definitivamente uno de los temas de la próxima campaña.