[OPINIÓN] Rafael Belaunde LLosa: “Pintando de verde el arenal”

Muchos de los detractores del modelo económico actual acusan al mismo de ser primario exportador y de haberse agotado, por lo que abogan por su “cambio”.

El Perú es un país dotado de una enorme cantidad de recursos naturales. El hecho de que, como país, decidamos aprovechar nuestra dotación de recursos no constituye un modelo económico en sí, sino, más bien, el uso de la lógica y el sentido común.

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En todo el mundo, países como EE.UU., Chile, Canadá, Noruega, entre otros, también han decidido aprovechar sus recursos naturales y no por eso su matriz productiva está destinada, exclusivamente, a la exportación de materias primas.

El Perú, un país relativamente pequeño y de renta media, solo podrá aprovechar plenamente su potencial económico, logrando el acceso a los mercados más grandes el mundo. Hoy, más del 90% de nuestras exportaciones van a países con los que tenemos tratados de libre comercio, permitiendo que participemos de un mercado 336 veces más grande que el nuestro. ¿Qué impacto ha tenido esta política comercial en el volumen y composición de nuestras exportaciones?

Dejando de lado el sector minero, que siempre fue y aún es el principal motor de la economía, la apertura comercial ha permitido la explosión de sectores económicos antes insospechados, algunos de alto valor agregado, promoviendo el uso más eficiente de nuestros recursos y ventajas competitivas.

El sector textil, que creció 327%, químico 1,662%, sidero metalúrgico 996%, entre otros, han tenido un desempeño notable, desde 1995. Sin embargo, el sector que evidencia con más claridad el efecto de nuestra política comercial es el sector agrario exportador no tradicional.

Solo cabe recordar que en 1995 la agroexportación no tradicional alcanzaba los 275 millones de dólares, mientras que hoy alcanza los 8,511 millones de dólares, siendo el segundo rubro exportador del Perú, solo detrás de la minería.

Lo indicado toma mayor relevancia si consideremos que solo el 5% del área cultivada en el país está dedicada a esta actividad. El potencial de crecimiento y generación de empleo formal del sector es enorme.

Nuestro país es líder mundial en exportación de uvas y arándanos, segundo exportador mundial de paltas. Somos, hoy por hoy, uno de los principales proveedores de fruta del mundo; en 2001 exportábamos 132 millones de dólares de frutas y hortalizas, ¡este año se esperan 6,500 millones!

Por todo ello, para consolidar nuestra posición comercial y cimentar la fortaleza del sector, es impostergable la ejecución de nuevos proyectos de irrigación, a fin de ampliar la frontera agrícola y poder seguir pintando de verde el arenal.

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