Puno realizó una ceremonia ancestral para recibir de madrugada al Año Nuevo Andino. (Foto: Gobierno Regional de Puno)
Puno realizó una ceremonia ancestral para recibir de madrugada al Año Nuevo Andino. (Foto: Gobierno Regional de Puno)

El 21 de junio es una fecha especial en el calendario andino. Marca el inicio del invierno y coincide con el solsticio, momento en que la inclinación de la órbita del planeta es más distante respecto a la posición del sol, teniendo la noche más larga del año.

Este día es especial porque coincide con el aniversario de creación política de varias ciudades importantes del Perú y una de ellas es mi tierra Andahuaylas, en Apurímac, y que ahora conmemora su 197° aniversario. En realidad, Andahuaylas tiene una trascendencia por diferentes hitos en los anales de la historia, que pasaré a detallar.

Fue la cuna de los chankas, una cultura preinca guerrera que es parte de la leyenda de las grandes civilizaciones precolombinas que habitaron el sur andino.

Los chankas compitieron con los incas la hegemonía de la época en el siglo XV, al extremo que se enfrentaron en cruentas batallas. Cuentan las leyendas acerca de la intervención divina y el ascenso al poder del inca Pachacútec, mítico personaje que venció a los chankas en la batalla de Yahuarpampa.

Posteriormente, ya en la colonia, como primera insurgencia indígena contra la conquista española y en respuesta a la política de extirpación de idolatrías, se originó el movimiento del “Taki Onccoy”, gestado en su mayoría por mujeres con el liderazgo de Juan Chocne. Se enfrentaron a los extirpadores liderados por el cura Albornoz en 1560, en la zona de Pampachiri.

Asimismo, en la época de Emancipación, el ejército de Sucre y Bolívar se concentró en Andahuaylas para apertrecharse y reforzar sus huestes, previo a la batalla de Ayacucho, teniendo la respuesta de los lugareños que se enlistaron orgullosos para conquistar la Independencia.

Ya en nuestra era, la primera movilización campesina multitudinaria en 1974 fue organizada en Andahuaylas como parte del proceso de la reforma agraria.

Por estas y muchas razones más, siempre nos sentiremos orgullos de ser andahuaylinos. En este aniversario renovamos nuestros compromisos para seguir forjando su desarrollo.

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