[OPINIÓN] Richard Arce: “¿Emulando a Castillo?”

Si algo parecía que en el gobierno de Dina Boluarte resaltaba frente al desmadre que significó Pedro Castillo, era que se había dado un salto cualitativo en la designación de los cargos de responsabilidad y trascendencia en las principales instituciones del Estado. Pero todo esto parece que fue flor de un día por lo que viene sucediendo en el Gobierno con las últimas designaciones de personajes cuestionados y con antecedentes, como fue el nombramiento del actual ministro de Justicia o el exministro de Educación. Pero ahora, el nombramiento de la exministra de Salud Rosa Gutiérrez, como presidenta de Essalud, ha encendido las alarmas por lo que significa.

Boluarte está cayendo en el juego de organizar su gobierno reciclando personas cuestionadas que no le hacen ningún bien. Al contrario, se abre un flanco innecesario de cuestionamiento y evidentemente esto debilita su gobierno.

Recordemos que Rosa Gutiérrez tuvo que renunciar al Minsa ante la evidente censura que iba a tener en el Congreso —al final no es ningún descrédito por el desprestigio del Parlamento—, había suficientes cuestionamientos desde la opinión pública por su pésimo manejo de la epidemia del dengue, que tuvo casi 300 muertos por la negligencia de su gestión.

Sumemos las muestras de incapacidad de dirigir el sector salud y los escándalos que se dieron durante su gestión, era evidente que tenía que dar un paso al costado. Ahora, el Gobierno comete un terrible error al designarla en Essalud porque lo primero que se percibe es como un “premio consuelo” o una especie de “comadrazgo” que primaría sobre la idoneidad y la necesidad de ordenar el Seguro Social.

El escándalo de corrupción en el pago irregular de las pruebas rápidas por más de 41 millones de soles, en el que está involucrado su antecesor, exigía una purga y reorganización de Essalud. Sumemos además todas las calamidades que tienen que sopesar los asegurados para recibir una atención médica con humanidad. Obligaba a priorizar la meritocracia e idoneidad.

Vemos ahora que son otras las prioridades, a sabiendas de que el propio premier Otárola estaría involucrado en esta denuncia de corrupción; por tanto, es un despropósito esta designación, estoy seguro que traerá consecuencias para el precario gobierno de Boluarte, ad portas de manifestaciones anunciadas.

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