[OPINIÓN] Richard Arce: “La educación del país al garete”

Los últimos hechos que han sido noticia en la semana confirman lo que veníamos denunciando desde esta humilde columna, hace ya varias semanas: hay una arremetida conservadora que ha tomado instancias del poder para imponernos sus agendas trasnochadas e irresponsables.

El ministro de Educación, Óscar Becerra, parecería que en realidad es un alfil de las facciones políticas de extrema derecha, como Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular, que inmediatamente han salido en tropel a avalar sus exabruptos pero, sobre todo, sus decisiones negligentes, sabiendo de la responsabilidad que tiene en las políticas educativas.

Llamar adefesio a la Convención Americana de Derechos Humanos y pedir el retiro del Perú nos muestra el desprecio que tienen él y sus adláteres con la defensa de los derechos humanos como principio de toda sociedad. Su ignorancia al confundir la Convención y la CIDH nos muestra que no entiende el funcionamiento y los fundamentos de estos espacios supranacionales.

No conforme con el debilitamiento que han hecho en el Congreso con la Sunedu, ahora desde el Minedu la desmantelan para que retome el control del fenecido espacio de la Asamblea de Rectores, reconociéndolos, agasajándolos y haciendo compromisos para que perduren en el poder, cuando la Sunedu debería tener autonomía para garantizar los estándares mínimos de calidad educativa.

Están direccionando las decisiones para favorecer a sus allegados, como el caso de la Universidad Nacional de Música, donde han removido del cargo de rector a una especialista y reconocida profesional de la música para sustituirla con un biólogo, que evidentemente no tiene la especialidad para asumir esta responsabilidad.

La reposición del rector de la Universidad Nacional de Piura, en un claro conflicto de intereses que ya ha sido denunciado y muestra que todo el ataque sistemático que ha sufrido la Sunedu tenía solo el objetivo de coparla para beneficio propio de estos sectores conservadores.

La educación del país está en juego. Se tiene que cumplir con el mandato del Proyecto Educativo Nacional al 2036 y respetar espacios como el Consejo Nacional de Educación; todo eso está en manos de la presidenta.

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