Huaicos e inundaciones en Trujillo como consecuencia del ciclón Yaku. (Redes sociales)
Huaicos e inundaciones en Trujillo como consecuencia del ciclón Yaku. (Redes sociales)

Cada año, desde que tengo uso de razón, en los meses de lluvias, siempre hay noticias de los problemas de la naturaleza con las lluvias torrenciales, los huaicos y las inundaciones. Lo singular ha sido la periodicidad del fenómeno de El Niño, que es recurrente en el norte del país, pero que afecta al final a todo el Perú.

Ahora, esta semana nos hemos visto sorprendidos con los embates de la naturaleza nuevamente en el norte, con las lluvias, el desborde de ríos y las inundaciones porque han colapsado los puentes y sobre todo los cauces de los ríos y torrenteras que se activan en este periodo. Lo lamentable de esta situación es que, una vez más, nos falta la previsión y la planificación para hacer frente a estos hechos de la naturaleza que nos desnudan como país por la falta de la organización de los territorios, la planificación urbana y, sobre todo, las medidas preventivas para contener los estragos que causan.

Además, recordemos que sigue vigente la inversión multimillonaria para la reconstrucción del norte desde el año 2017, que supuestamente iba a reponer la infraestructura destruida en esa época. Y sobre todo se iba a invertir para, justamente, tener la contención con toda la inversión del programa que, por cierto, solo tenía el nombre rimbombante de “La reconstrucción con cambios”, pero que, por lo visto, es otro fracaso más y un nido de la corrupción.

Por eso la indignación de ver que, ante las evidencias que han desnudado los desastres naturales, se ve como un despilfarro de ingentes cantidades de dinero que no han servido siquiera para contener el impacto que están teniendo los cambios climáticos hoy. Ya está hecho. Esperemos que la haga su trabajo y se proceda a levantar las carpetas fiscales para dar con los responsables de estas negligencias y que permitan sancionarlos por tan grande despropósito.

Ya se sabía que el programa de reconstrucción se había convertido como un feudo de los gobiernos de turno para llenar la planilla. Y sabe Dios qué negociados habrán tenido.