¿Cómo es posible que se sentara al presidente sin ninguno de los símbolos del poder que ostenta? Ni una foto. Ni un libro. Ni una pieza de arte. (Foto: Presidencia)
¿Cómo es posible que se sentara al presidente sin ninguno de los símbolos del poder que ostenta? Ni una foto. Ni un libro. Ni una pieza de arte. (Foto: Presidencia)

Castillo cometió muchas torpezas en la entrevista. Pero la torpeza mayor no estuvo en él, sino en un equipo que permitió una entrevista absolutamente irrespetuosa con la figura del presidente de una gran nación. El Perú.

¿Quién escogió la escenografía? No es posible que un experto eligiera un fondo tan anodino como aquel que parecía el fondo de un sarcófago, antes que un palacio.

¿Cómo es posible que se sentara al presidente sin ninguno de los símbolos del poder que ostenta? Ni una foto. Ni un libro. Ni una pieza de arte. ¿Nadie le dijo que el blanco engorda? ¿Y que mientras el periodista iba en terno azul, color fotogénico, al presidente lo sentaron, sin una mesa, sin un lapicero en las manos que le permitiere descargar sobre ella su eventual nerviosismo?

Sé que voy a contracorriente si digo que el estilo del entrevistador me disgustó. Lo reafirmo desde el respeto a mi país. ¿Dónde se ha visto que un periodista se dirija a un presidente a modo de interrogatorio?, ¿que se mofe de sus respuestas, o, lo que es peor, en un gesto de pésima educación, que hable por encima del presidente hasta acallarlo? ¿Y discuta sus respuestas hasta imponerse apoyado en la complicidad de las cámaras?

¿Es de recibo que un periodista le diga al presidente de una nación “si sabe que lo que hizo rompe la ley, (¿hablaba un juez?) ¿por qué hacer cosas buenas que parecen malas?”.

Ya que en la entrevista el presidente solicitó el consejo de los peruanos que vivimos en el extranjero, le sugiero que no abuse de los términos “Perú, peruanos, pueblo” cuando lo que quiere es escurrir respuestas. Ni cite nuestros “200 años” como fórmula para evadir el presente político. Le digo que me gustó su calma ante las impertinencias que le llovieron. Pero, presidente, cambie de asesores.