Marcha por la paz en Huancayo.
Marcha por la paz en Huancayo.

Recibo llamadas de amigos preocupados por la situación que vive el Perú. Por esa ola de desatada por ambas partes. Porque no me cabe duda de que, en el Perú, hay dos bandos: buenos y malos.

Pero recordemos que la violencia no solo es la que resulta de acciones concretas, visibles. También en las críticas y estigmatizaciones se esconde una peligrosa violencia verbal.

¿Estamos condenados a no entendernos? ¿A no buscar puntos de encuentro entre unos y otros? Porque los hay. No nos equivoquemos. Ni los buenos son tan buenos. Ni los malos son lo peor. Es una regla de vida que me enseñó mi padre.

MIRA: [OPINIÓN] Sonia Chirinos: “La justicia emana del pueblo”

A fin de cuentas, el Perú está inmerso en una tragedia colectiva que afecta a millones de seres humanos.

En estos momentos, como acaba de decir el nuevo premier, debemos prepararnos para el diálogo. Dialogar es también ceder. Diálogo también es perdonar. Y, sobre todo, ponerse en el lugar del otro; de tratar de entender dónde se produjo el error. En qué momento, como decía Vargas Llosa, se jodió el Perú. El del siglo XXI. En el bien entendido que ninguno tiene el derecho de arrojar la primera piedra. Nadie está libre de culpa.

Ha habido demasiados muertos estos días. Demasiados niños o menores que quizás ni sabían por qué estaban en la calle.

No busquemos al culpable ajeno. Lo habrá, pero no está de más hacer repaso de conciencia. De conciencia social. Pensemos en qué debemos cambiar para que las instituciones fluyan; los derechos, sin excepción, se respeten y, sí, para que entre todos, forjemos un Perú mejor. 200 años de independencia nos lo exigen. No solo se trata distinguirnos por nuestra comida fusión. Se trata de fusionarnos todos en un abrazo difícil pero posible por la paz verdadera. Feliz difícil Navidad.

VIDEO RECOMENDADO

Ricardo Cuenca

TAGS RELACIONADOS