notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Yo iría más lejos y diría que a nivel universal, salvo excepciones, vivimos una dictadura mediática, dictadura que refleja el maridaje entre el poder económico y los mayores medios de comunicación. ¡Guay, del gobernante que pretenda defenderse u ose criticar dichos medios! Lloverán sobre él epítetos despiadados e intentarán destrozar su imagen en el imaginario popular. El imperio Murdoch es un ejemplo de ese tipo de asesinato mediático hurgando sobre vidas privadas y transgrediendo leyes. En la aldea local un periodista niega, a su manera, la diferencia en las percepciones. Si el presidente Humala opina que se da demasiado espacio a la inseguridad ciudadana, es culpa de sus ministros del ramo. La inseguridad crece y si ellos mejoran su performance mejorarán las noticias. ¿Es eso verdad? ¿No podría haber en la prensa un aumento de la inseguridad cada vez que el presidente toma una medida económica que afecta los intereses de las corporaciones mediáticas y sus socios? Mas, la objetividad (que no existe) depende no sólo del relato, depende también del lugar, del espacio que ocupa la noticia, de las veces que se repite y del dramatismo con que se hace. Otra expresión infantil es dar por cierta cualquier denuncia que venga de afuera y que se corresponda con los intereses corporativos locales. Antes de difundirlas y darles crédito tómense la molestia de verificar su verosimilitud. En caso contrario, les recuerdo, pueden hacer un enorme papelón. Mayor aún que el que hacen obviando las noticias trascendentales que ofenden al sistema.