[Opinión] Aldo Mariátegui: “La cancillería contra los militares”.
[Opinión] Aldo Mariátegui: “La cancillería contra los militares”.

Si se confirma, el gobierno habría sido bastante estúpido de convocar a la CIDH (Comisión) para investigar las muertes durante las revueltas. Me dicen que la Cancillería lo ha hecho por consejo de Diego García Sayán y Rodríguez Cuadros. Esa CIDH no solo es ultracaviar, sino que está presidida por una peruana proveniente de la PUCP. No hay que ser un genio para pronosticar que esa visita servirá para crucificar a los militares, además de blindar y santificar a los revoltosos. Nuestra canciller Gervasi demuestra así ser muy torpe e ideologizada.

-Con esas intercepciones de camionetas en las carreteras que iban rumbo a Lima ya resultó evidente que el narcotráfico está muy presente tras estas revueltas. Pero la izquierda está ya creando una ‘narrativa oficial’ heroica de las asonadas que esconde adrede esta evidencia. No hay que dejarla hacer eso.

-Alucino con cómo la izquierda lleva de las narices tan fácilmente a nuestros opinólogos y periodistas. Todos sabemos que las encuestas de IEP-La República no son confiables, tanto por la manera como se recopila (celulares) como por el sesgo de esta ONG y este diario. Pero, en lugar de tomarlas con pinzas, tenemos a mi amiga Patty del Río y otros más usándolas como si fueran la palabra divina. Lo lógico es esperar a otras encuestas antes de aseverar algo sin un rigor detrás.

PD 1.: Recomiendo vivamente leer la entrevista hecha ayer a Carlos Meléndez en EC. Tendré algunas discrepancias, pero Meléndez es por lejos el mejor de nuestros científicos políticos, a mucha distancia de Vergara y el resto. Digeriré sus ideas en columnas futuras.

PD 2.: No puedo evitar referirme aquí a lo más importante de lo menos importante: el fútbol. Ayer vimos la que posiblemente sea la mejor final en la historia de los mundiales por su emotividad (y hasta dramatismo), más que por calidad técnica. La emoción suplantó con creces a estrategias colectivas o “jogo bonito” individual. Fue una ducha de adrenalina pura, que nos dejó agotados, pero felices.