Pulsión de vida
Pulsión de vida

A veces nos sentimos bajoneados. El martes pasado fue un día así para mí. El día estaba nublado como no pocas veces en nuestra Lima la gris, el abuelo de un antiguo paciente había muerto y este se sentía no solo triste sino culpable por haber ido a visitarlo sin haber tomado las precauciones del caso. En la mañana cometí el error de ver el noticiero y solo vi tragedias. Días antes el “líder” de nuestro Congreso quería vacar al presidente por tercera vez, y el presidente de la Comisión de Fiscalización era nada menos que un congresista con cuatro juicios abiertos en su contra por delitos graves. Pensé: Qué año de mie… Quería llamar a mi psicóloga y tener una sesión adicional. Ese día me sentía más un paciente que un terapeuta.

De pronto, como también suele pasar en nuestra Lima la gris, pasó de la lluvia y la oscuridad al “brillo solar”, y todo parecía indicar que habría sol en la tarde. Abrí mi WhatsApp y mis amigos me habían propuesto salir a dar un paseo por la Costa Verde en bicicleta. Fue como si me hubieran leído la mente, como si hubiesen sabido que necesitaba de ellos, de la vida, y el mar. Fuimos por los malecones de Miraflores, Barranco y Chorrillos, y luego por la Costa Verde hasta San Miguel. Excelentes ciclovías y un malecón que cruza seis distritos. Grande fue mi sorpresa al ver la cantidad de vida y actividad. Era martes de invierno, pero parecía un sábado de verano. Cientos de personas en las calles intentando salir adelante emocionalmente. Probablemente muchas de ellas se habían quedado sin trabajo, pero en vez de dejarse caer estaban montando bicicleta, haciendo Yoga, caminando, corriendo tabla, haciendo jogging, incluso vi a varias personas bailando frente al mar con las radios de sus carros a todo volumen. Realmente me impresionó. Qué bueno que ya llegue la primavera, pensé, que es como “el viernes del año”. Para esto, mis 5 amigos y yo íbamos pedaleando, respirando y conversando junto al mar. Riendo. Cuando llegué a Magdalena estaba agotado, ellos tenían mucho más físico que yo, pero estaba feliz. Pensé: Qué bonita es la amistad, qué bonito es tener el mar y la Costa Verde, qué alegría me da ver que a pesar de todo mi ciudad sí avanza.

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