(USI)
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La propuesta del ministro de Economía y Finanzas, David Tuesta, de ampliar el pago del Impuesto a la Renta (IR) a los trabajadores que ganan menos de S/2,075 mensuales, y la posterior enmienda de plana del primer ministro César Villanueva han puesto en evidencia una falta de coordinación que juega en contra del gabinete y da una imagen de improvisación que dista mucho de lo que el gobierno busca proyectar.

El presidente Martín Vizcarra no ha querido echar más leña al fuego. Ayer, desde Iquitos, sostuvo que el premier “ya aclaró el tema” sobre el cual –dijo– “se quería generar cierta confusión y zozobra”. No ha reconocido, sin embargo, que la inquietud respecto de la modificación del Impuesto a la Renta no la han generado factores externos, sino que se gestó desde el interior del Ejecutivo y es ahí, entonces, donde deberían aplicarse los correctivos de inmediato en lugar de responsabilizar a terceros.

Este tipo de desencuentros no son nuevos para Villanueva. Lo ocurrido esta semana trajo a la memoria de más de uno su entredicho con la ex primera dama Nadine Heredia. En aquel entonces, febrero de 2014, el desautorizado fue él, y eso devino finalmente en su renuncia.

El ministro Tuesta, en tanto, ha optado por un prudente repliegue que acabará este martes cuando, junto con el premier, sustente el pedido de facultades delegadas formulado por el Ejecutivo. Ese día, ante la Comisión de Constitución, el equipo liderado por Villanueva tendrá que exponer y convencer a los parlamentarios de las bondades de sus propuestas legislativas en materia económica y tributaria, lucha contra la corrupción, modernización en la gestión del Estado, etc.

No la tendrá fácil. Los legisladores ya han expresado sus reparos por las descoordinaciones al interior del gobierno y también por el efecto de los planteamientos gubernamentales en el rubro tributario. Tranquilidad ha pedido el jefe de Estado a la ciudadanía ad portas de la presentación ante el Congreso. La exhortación, sin embargo, le calza mejor al Ejecutivo, pues es ahí donde tendrán que hilar fino para pasar esta primera prueba de fuego con un Legislativo que dice y repite que no es obstruccionista.