Uruguay: democracia ejemplar

Uruguay tiene una de las democracias más maduras del mundo. Es el único país de Sudamerica en la categoría de “democracia plena” del Índice de Democracia de The Economist. Luego de un periodo largo de dictadura cívico-militar en los años setenta, retomó la senda democrática en elecciones a fines de 1984. En estos 40 años, ha sido gobernado por 8 presidentes. Todos terminaron sus mandatos y pertenecen a 3 partidos políticos: Partido Colorado, Frente Amplio y Partido Nacional. Hay dos razones estructurales que explican el ejemplar desempeño democrático uruguayo: la cultura de consensos para salir de crisis y la predominancia de asegurar la gobernabilidad.

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Para salir de la dictadura, se llevó a cabo una larga y difícil negociación conocida como el Pacto del Club Naval entre los principales jerarcas militares y representantes de los principales partidos políticos. Esta victoria se logró luego de varios intentos fallidos. Una alianza amplia conocida como “Intersectorial” que representó a los partidos políticos y a las organizaciones sindicales, estudiantiles y sociales, promovió la movilización multitudinaria a las calles y facilitó el llegar a 5 puntos de consenso y llamar a elecciones. Julio Sanguinetti fue figura singular durante la transición y fue electo presidente. Partido Colorado y Nacional se alternaron el poder entre 1985 y 2005.

El Frente Amplio, una coalición de partidos y movimientos de izquierda y centro-izquierda existente desde 1971, fue gobierno desde 2005 por 15 años consecutivos bajo los gobiernos de Tabaré Vásquez y José Mujica. Los partidos de derecha y centro-derecha habían fracasado electoralmente. El entonces candidato del Partido Nacional, Lacalle Pou, reconociendo que solo no podía ganar y menos asegurar gobernabilidad, argumentó que era vital gestar un acuerdo entre cinco partidos de oposición. Se llamó “Coalición Multicolor”. Los partidos tenían grandes diferencias en muchos aspectos. De hecho, no hay foto oficial de la alianza, pero sí un documento “Compromiso por el País” publicado. El acuerdo, antes de la primera vuelta, consistía en que todos apoyarían en el gobierno y parlamento al partido que pase a segunda vuelta. Al final, Lacalle ganó la segunda vuelta por casi 40 mil votos. Sus opositores aceptaron el resultado. Se cumplió el compromiso y cuatro de los cinco partidos fueron parte del gabinete de ministros.

Este es un caso de liderazgo político con la voluntad, visión, desprendimiento y sentido de urgencia de lograr consensos. Además, una vocación por no solo ganar una elección un día, sino por asegurar gobernabilidad por años. Los peruanos tenemos mucho que aprender.

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