Mario Broncano Gómez, creció en las calles del tempestuoso barrio obrero de La Victoria, desde muy niño se ganaba la vida cuidando carros en los alrededores del Mercado Municipal, cargaba las bolsas de las compras, hacia las veces de estibador y con eso lograba llevar algo de dinero a su hogar. Ya en la adolescencia las ansias de tener más dinero hizo que comenzara a tomar decisiones equivocadas y realice pequeños hurtos, hasta que a los 12 años fue detenido por la Policía Nacional y recluido en el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, habitualmente conocido como ‘Maranguita’.
Pero el boxeo lo llevaba en la sangre, el chico de mirada segura y atemorizante, se proyectaba como la gran promesa del boxeo en el Perú. Inicialmente participó con mucho acierto en el Campeonato Guantes de Oro, posteriormente en 1985 fue convocado a la preselección nacional para participar en los Juegos Bolivarianos, pero al poco tiempo fue retirado por estar implicado en actos indebidos. A los 19 años llegó a ser campeón sudamericano amateur de la categoría peso gallo y en 1998 estuvo a poco de viajar a las Olimpiadas de Seúl, pero los demonios del vicio lo traicionaron y terminó preso en el penal de Lurigancho.
Tras su salida Mario buscó enmendar su rumbo. La llegada de sus hijos, parecía hacerle analizar la vida de manera distinta, pero cuando buscaba alternativas para obtener el sustento lejos del pecado y el mal vivir, se sumergió en una pelea con un vendedor de frutas en los alrededores del mercado, quien hizo que perdiera el ojo izquierdo y toda posibilidad de reemprender su carrera deportiva, a causa de un golpe en la cara con un palo.
Broncano estuvo muchos años preso en la cárcel, pero salió ya con otra expectativa, la de la vida fácil y tormentosa a la vez. En el 2012, el ídolo en desventura, puso de manifiesto que hay momentos en que se puede caer aun más profundo, y fue capturado nuevamente por la Policía Nacional, inculpado esta vez, de asalto a la dueña de una bodega en el distrito de La Victoria. Esta vez la condena del boxeador fue de nueve años de prisión.
A sus 53 años Mario Broncano, piensa recuperar el tiempo perdido y fantasea con volver a subir a un cuadrilátero; y asegura haber dejado las drogas hace cuatro años. Está decidido a compartir los secretos del deportes del box a los más pequeños, para que no sigan el ejemplo equivocado que lo llevó a pasar momentos muy complicados; y del mismo modo poder sacar adelante a su familia. Mario Broncano Gómez en su mejor momento llegó a ser considerado como un boxeador de dotes espectaculares. En su apogeo, la crítica deportiva ya lo consideraba en él futuro campeón mundial, el sucesor de Mauro Mina , pero debido a los malos pasos, no pudo llegar a alcanzar la fama.
Su figura no pasa desapercibida por las calles de Magdalena, su imagen temerosa, resalta en el barrio. Mario Broncano, el que pudo ser un grande del boxeo peruano y terminó siendo un conocido delincuente. El tiempo ha transcurrido, se acabaron los días encerrado en el penal Castro Castro, pero las cicatrices han quedado como marcas en su piel y él no vacila por ocultarlas; como si ellas le advirtieran los lugares por donde transitó, aquellos malos pasos que dio y que hoy sirven para pedir una nueva chance.
Hace muy poco tuvo un altercado con Jonathan Maicelo, ambos personajes aparecieron en la escena pública y sucedió lo impensado. El ex boxeador Mario Broncano visitó a Jonathan Maicelo en su gimnasio para enfrentarlo por algunos temas pendientes. Sin embargo, ambos protagonistas casi terminan peleándose, no sin antes cruzar palabras de grueso calibre, como si se tratasen de jabs, rectos, directos o ganchos a la vida misma.
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