Los últimos seis meses en la vida pública de Dina Boluarte han sido los peores que pudo imaginar. La primera presidenta mujer de la historia del Perú ha quedado colocada en una débil posición política y social, sin liderazgo ni espacio de maniobra: en ese periodo de tiempo, ha bajado vertiginosamente de la aprobación de 10% que tenía en noviembre de 2023 al 7% que ostenta en este mes de mayo de 2024, según la encuesta de Ipsos que reveló ayer Perú21.
La mandataria ya había tocado fondo en la medición anterior. ¿Cuáles son las causas de esta imparable caída?
LOS FACTORES DE LA CRISIS
El analista político Giulio Valz-Gen, socio de 50+1, sostuvo que los motivos de la caída libre de Boluarte son “la incapacidad absoluta de gestión, la frivolidad y la existencia de presuntos delitos”. Dijo que “evidentemente la población se da cuenta de la realidad y esta debe ser la presidenta con la aprobación más baja del continente. Entonces, tenemos un gobierno débil”.
“El Congreso es quien la soporta en el poder. Sin embargo, cada día que pasa el costo de sostenerla se hace más alto porque la señora es radioactiva. Si los partidos del Congreso piensan en el futuro, estar pegados a alguien con investigaciones de la Fiscalía, incapacidad para gobernar, con la pobreza disparándose, con la rebaja del grado de inversión, puede tener un costo político más alto para ellos”, dijo a Perú21.
Este escenario, anotó, “puede acelerar el proceso de vacancia” en su contra. “El gobierno y la presidenta han dejado pasar todas las oportunidades que han tenido. Dudo mucho que tenga capacidad de reacción”, sentenció.
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Por su parte, Jeffrey Radzinsky, director de la consultora GFP, sostuvo que “son varios los factores sostenidos” que han empujado a esta crisis.
“Esta es una presidenta sumamente débil, por más que pretenda absurdamente corregir a su ministro de Economía. El primer factor es la debilidad y la falta de liderazgo. La ciudadanía considera que esta es una presidenta totalmente ausente. Desde el 5 de abril en que dio respuestas inverosímiles y absurdas sobre los relojes y las joyas, no ha dado declaraciones a los periodistas. Eso hace constar su debilidad, más aún cuando coloca un vocero presidencial y tiene un premier que es muy lejano”, manifestó a este diario.
De hecho, en la encuesta de Ipsos, el 85% de los peruanos sostiene que el gobierno de Boluarte es débil. Es decir, el ministro José Arista estaba en lo cierto cuando lo aseveró.
Radzinsky añadió que “la propia gestión pública” también le está pasando factura a Boluarte y que “lo tercero es arrastrar esta cercanía que ha tenido con el propio Congreso. La presidenta ya lleva seis meses con menos del 10% de aprobación; eso es inédito en el Perú. Alejandro Toledo tuvo un pico más bajo, pero su premier tenía 30% de aprobación, no como Gustavo Adrianzén, que no es un activo ni político ni operativo”. En efecto, la aprobación a la gestión del premier se mantiene en apenas 8% de abril a mayo.
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