Cómplices. Jaime Villanueva (derecha) era el hombre de más confianza de la fiscal de la Nación y su principal operador político. (Facebook: Jaime Villanueva)
Cómplices. Jaime Villanueva (derecha) era el hombre de más confianza de la fiscal de la Nación y su principal operador político. (Facebook: Jaime Villanueva)

El audio que protagoniza el exasesor fiscal , en el que se le escucha decir que está coordinando votos de legisladores para destituir a la exfiscal suprema Zoraida Ávalos, agrava aún más la situación de la titular del Ministerio Público, Patricia Benavides.

Ese mensaje de voz, al que accedió Perú21, sería de mayo último y está en manos del equipo especial que hasta ayer lideraba la fiscal Marita Barreto.

Exasesor Jaime Villanueva Audio

En él, Villanueva expresa a su interlocutor su preocupación porque la Junta Nacional de Justicia (JNJ) pueda suspender a Benavides y, ante ello, sea Ávalos quien la reemplace en el cargo.

En ese contexto, la JNJ ya tenía un proceso disciplinario abierto contra Benavides por retirar a Bersabeth Revilla, la fiscal suprema que investigaba a su hermana, la jueza Enma Benavides, quien es sindicada de recibir coimas a cambio de liberar narcotraficantes.

Por esa razón, el principal consejero de la fiscal de la Nación señala al receptor del audio que “es importante sacar los votos” para defenestrar a Ávalos.

“Mira que esta señora (Zoraida Ávalos) ha salido con todo y puede mover un comunicado de la Junta (Nacional de Justicia), imagina lo que la Junta va a hacer acá, o sea va a querer suspender a Patricia”, expresa Villanueva.

El asesor hacía alusión al pronunciamiento que hizo la JNJ el 23 de mayo, con el cual pidió al Parlamento “reflexionar” antes decidir por la defenestración; lo cual terminó sucediendo.

Pero así como este audio evidencia las negociaciones subrepticias de Jaime Villanueva, también existiría similar evidencia que comprometería a Patricia Benavides.

Este diario conoció que el equipo de Barreto tiene en su poder audios que envuelven directamente a la fiscal de la Nación con esta trama de corrupción. En principio se supo que hay 37 mensajes de voz enviados desde WhatsApp, pero serían más.

Hasta el momento, la fiscal Benavides ha rechazado cualquier incriminación pese a que su hombre de confianza dejaba en claro en los chats que era “el único autorizado para hablar en su nombre”.

JNJ a paso de tortuga

La Junta Nacional de Justicia (JNJ) demoró dos días para tomar una decisión que pudo anunciar el mismo lunes, cuando se desataron los hechos. Recién ayer abrió un proceso disciplinario contra la fiscal de la Nación, Patricia Benavides.

La JNJ es la entidad llamada a actuar con celeridad, ya que en esta trama de corrupción, el otro órgano capaz de sancionar a un fiscal supremo es el Congreso. No obstante, hay al menos 11 congresistas comprometidos con las operaciones desplegadas por Jaime Villanueva, el exasesor de Benavides.

En un comunicado, el órgano que sanciona a jueces y fiscales explicó que este procedimiento se inicia cuando un magistrado muestra una conducta “notoriamente irregular” o haya incurrido en una “falta disciplinaria muy grave detectada en el momento en que se está ejecutando”.

Benavides convocó en su despacho a sus asesores la noche del domingo luego de enterarse de que el equipo especial que ella misma conformó, con Marita Barreto a la cabeza, la sindicaba de liderar una red delictiva junto a sus asesores.

De acuerdo a la indagación, Villanueva pactó con congresistas la protección política de Benavides a cambio de archivar investigaciones penales. Las evidencias son los chats escritos por el consejero con su contacto en el Parlamento, quien se encargó de entregar esa evidencia a la fiscal Barreto.

Ya en la madrugada del lunes, como reportó Perú21, la fiscal suprema suscribió la resolución que removía a Barreto del equipo, una clara venganza ante la investigación que la sorprendió. La resolución fue publicada la noche del mismo día.

La JNJ deberá considerar, además, el pronunciamiento de los otros miembros de la Junta de Fiscales Supremos (JFS), Pablo Sánchez y Juan Villena, quienes pidieron a Benavides dimitir al cargo “a fin de no afectar la investigación”.

Es decir, Sánchez y Villena entendieron que la actual autoridad del Ministerio Público podría obstruir el proceso penal si se mantiene en el poder.

De momento, la JFS deberá atender la apelación interpuesta por Barreto para reponerla al frente del equipo especial contra la corrupción en el poder.

En su recurso, al que accedió este diario, la fiscal superior indicó que no se ha acreditado ninguna falta disciplinaria que sustente su salida del equipo, como lo estipula la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Agregó que el haber sido reemplazada en el puesto por otro fiscal superior provisional pone en evidencia que su retiro “obedece a factores subjetivos” y a una “represalia por la decisión tomada en el caso de investigación de la organización criminal del círculo más cercano a la actual fiscal de la Nación”.

Asimismo, sostuvo que la resolución que la designó en el puesto estipula que su mandato es hasta el 31 de diciembre de este año.

Sin embargo, solo la fiscal de la Nación puede convocar a JFS y mientras Benavides siga al mando de la Fiscalía es evidente que este recurso, y muchos otros pedidos, no verán la luz.

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