La denuncia fue ventilada a las 9:42 p.m. de la noche del miércoles 15 de junio en el programa Octavo mandamiento de Canal N. Un horario que le permitiría provocar un daño calculado y delimitado. Solo el diario La República parecía haber estado al tanto de la trayectoria de colisión. Y quizás por eso publicó la nota en su página web, casi en simultáneo. Un visiblemente ofuscado Jaime Chincha editorializaba largamente al respecto, haciendo hincapié en la cercanía de quien pronto sería exfuncionario con el poderoso hermano de la presidenta. Se refería evidentemente a Wigberto Nicanor Boluarte Zegarra, el velado blanco del ataque.

Pero, como reseñó este diario al día siguiente, el entonces titular de la Dirección General del Servicio Nacional de Empleo del Ministerio de Trabajo tenía más de una denuncia en su haber. Álvaro Melquiades García Ramírez (50) no solo había sido acusado de tentativa de feminicidio en 2019, en agravio de Ninoska Rosario Chandía Roque, la actual presidenta ejecutiva del Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP) y trabajadora muy cercana a los Boluarte. También había sido denunciado en 2005, cuando se hizo conocido como el ‘Loco del Martillo II’. En 2006, cuando el congresista del Partido Nacionalista Cayo Galindo contrató a Álvaro García como asesor del Parlamento, la historia fue publicada en el diario Correo, lo que provocó un increíble pedido de rectificación. El director del diario Correo de aquel entonces, Aldo Mariátegui, tuvo que acatar el injusto razonamiento del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana.

La verdadera noticia de la noche del pasado 15 de junio, sin embargo, era su cercanía con el hermano de la presidenta. Lo que representaba un nuevo ataque desde el flanco de Otárola.

Fuentes interesadas han negado esta conexión con Boluarte, señalando que su designación en el MTPE fue firmada por el exministro Alfonso Adrianzén, un hombre de Otárola. Sin embargo, la recomendación habría llegado por el hermano de la presidenta. Y la hoja de vida del agresor habla por sí misma. Cuando Nicanor Boluarte era viceministro de Promoción del Empleo en el MTPE, en 2016, García Ramírez ejercía como director general del Servicio Nacional del Empleo. Luego, cuando Boluarte era el gerente general del Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción (Sencico), el agresor fue designado jefe encargado del Departamento de Abastecimiento. Finalmente, el año 2021, ambos coincidieron en la Municipalidad de Pueblo Libre, donde Nicanor fue asesor principal y García fue asesor de la Gerencia de Administración.

Este ataque sería solo uno más dentro de la guerra civil desatada en el círculo más íntimo de la presidenta. La disputa viene escalando a niveles sin precedentes a casi un mes de 28 de julio. Y, con una buena mano, parece inminente que la baraja traerá más novedades en el gabinete. La firmeza de Hania Pérez de Cuéllar frente a las irregularidades de las empresas chinas ha despertado simpatías palaciegas. La ministra de Vivienda es vista con buenos ojos por el entorno de Nicanor. Sin embargo, a pesar de su posición expectante, se reconoce la resistencia que despierta en cierto sector empresarial más derechizado. Por su lado —y a pesar de su explícita defensa del poderoso hermano y su cargo en la cartera más afín a la presidenta—, el ministro Julio Demartini no estaría en el bolo para los cambios venideros. Tras la caída de la ministra de Salud, la cartera en la mira sería la del Interior. A pesar de sus buenas relaciones con la policía de investigaciones, llamó la atención que el delincuente Christopher Fuentes, (a) ‘Maldito Cris’, fuera abatido el viernes 16 de junio, mientras Vicente Romero estaba en la XLIX Reunión de Ministros del Interior y de Seguridad del Mercosur, en Buenos Aires.

Para hoy domingo 18 de junio se anunciaba la respuesta del bando opositor al premier: la filtración de nuevos chats que siguen la estela de las comunicaciones entre el exministro de Trabajo, Alfonso Adrianzén, y el aún presidente de Essalud, Arturo Orellana. Esta conversación demostraría ya no solo las coordinaciones hechas durante los primeros meses de 2023 para acelerar el desembolso a la empresa Aionia, la cual vendió lotes de pruebas rápidas con sobreprecio durante el gobierno de Martín Vizcarra. Esta vez, el intercambio alcanzaría al entorno más íntimo de Adrianzén. Y podría desencadenar consecuencias impredecibles.

Adrianzén es parte del círculo de Alberto Otárola desde que ambos militaban en el Partido Socialista Revolucionario y estudiaban en la Universidad San Martín de Porres. Ambos ocuparon luego cargos en el gobierno de Ollanta Humala. En 2014 Adrianzén fue viceministro de Promoción del Empleo y Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo bajo la gestión de Fredy Otárola, hermano del actual premier. Y, en enero de 2023, la excuñada de Otárola fue designada asesora en la cartera de Adrianzén, aunque el primer ministro advirtió que no mantenía contacto con ella.

La pugna no solo crece en intensidad al interior del gobierno, desplazando piezas dentro del gabinete y buscando enroques. También hay trebejos implicados en la negociación por la Mesa Directiva. Dentro de esa lógica, el pronunciamiento de la lideresa de Fuerza Popular ha desatado las alarmas en ambos sentidos. Y ha vuelto a despertar los rumores de una alianza estratégica entre el primer ministro y Fuerza Popular. Por un lado, ha reaparecido un empoderado ‘Nano’ Guerra García (otro ex PSR), quien no oculta sus ambiciones de manejar la Mesa. Por el otro, ha salido a contrapesar Luis Galarreta, quien tiene mucha muñeca aprovechando el perfil bajo del Parlamento Andino. Una voz conciliadora ha soltado la figura de Patricia Juárez como una opción más ecualizada al lado de la de Guerra García. Más rezagados andan los acuerdos que buscan conciliar los apetitos del Bloque Magisterial y Perú Libre, lo que aún mantiene dividida a la izquierda, como adelantó este diario el 3 de junio. Y, como ha trascendido, Lady Camones aún aspira a retomar el cargo, aunque en la interna de APP no hay quórum. Queda claro que la carta más fuerte la tiene por ahora Fuerza Popular. Pero no para presidir el Congreso, sino para manejarlo. El mandato de la lideresa es no encabezar la Mesa. Tanto ‘Nano’ como Juárez buscarían repetir la figura de Martha Moyano en la primera vicepresidencia, moviendo los hilos detrás de una figura flexible como José Williams. Los nombres que se cubiletean para ese rol van desde Luis Aragón hasta Esdras Medina.