Dicen: cuidado que lo de Ecuador pasa en Perú. Pero, ¿no pasó algo parecido? Acá también quisieron tomar aeropuertos y una universidad. Y secuestraron a periodistas. Minería ilegal y narcotráfico, pero con ropaje ideológico.Tiene otra envoltura, otra presentación. Acá hay un argumento político que se enarbola y cubre a estas organizaciones criminales de minería legal y narcotráfico, que están absolutamente presentes. Estas organizaciones no se unen a los movimientos políticos por emoción social. En Ecuador no hay grandes movimientos como Sendero Luminoso. Pero lo curioso es que casi todas las organizaciones criminales crecieron con el Socialismo del siglo XXI. El Tren de Aragua en Venezuela, Los Lobos con Ecuador, el Comando Vermelho en Brasil. Estas organizaciones criminales crecen por el empobrecimiento del país, a causa de gobiernos socialistas. Lo que el marxismo llama ‘agudizar las contradicciones’. Todos pescan a río revuelto. Las economías ilegales financian a la izquierda. Y la izquierda le da un paraguas político y protección a las economías ilegales.

La izquierda siempre ha tenido conexiones con economías ilegales. Politizan y financian la violencia que la gente romantiza. Ahí está Bermejo y sus nexos con subversivos internacionales y el Vraem.

Es la teoría del buen salvaje. ¿De dónde sacaron el dinero para traer a 20 mil personas a protestar en 2023? Hay una tácita alianza entre el crimen organizado y la izquierda. Las guerrillas de los 60 se financiaron con asaltos de bancos. Mira el caso colombiano, ¿qué son las FARC? Es lógico que el crimen organizado trate de aprovechar esa coyuntura política. Puno tiene una economía que es 90% informal, con presencia del narcotráfico, el contrabando y la minería informal. Y para ellos es más conveniente una situación caótica. Ahora, los índices de criminalidad de Ecuador son altísimos, mucho más que los de Perú. Allá hay como 20 organizaciones criminales. Solo les falta un Escobar para ser como Colombia. Eso no quiere decir que acá estemos bien. Pero estamos rodeados. Y todas las fronteras son una coladera. Ese es el problema.

¿Estamos rodeados o somos parte del problema?También somos parte de todo esto. El año 2011, por ejemplo, se descubrió una gran mafia que llevaba armas del Ejército a Ecuador. En 2019 y 2020 se vuelve a encontrar otro grupo. Es una mafia dentro del Ejército. Incluso el año 2011 encuentran hasta misiles. Era armamento de guerra en Ecuador. Fue llevado por una mafia de peruanos que fue sentenciado a 20 años.

El gobierno de Ecuador reaccionó más rápido. Y la ciudadanía dona víveres.

Han reaccionado más rápido. Nosotros tenemos una sociedad muy polarizada. ¿Cuántos años se ha trabajado para dañar la imagen de la Policía Nacional? En ningún país del primer mundo ocurre esto. Entonces, cuando envían a la Policía, esta no tiene nada que hacer y se inhibe.

En el norte, el oro de Pataz.

No solo ahí. Hay minería ilegal en la Cordillera del Cóndor desde hace años. Es una zona tan aislada. Y normalmente son ecuatorianos los que se llevan ese oro desde hace 20 años. También hay en Piura, donde estaba Manhattan, que ahora es un emporio de la minería ilegal.

En el sur, el oro ilegal va de Puno a Bolivia.

La presencia de los Ponchos Rojos en Juliaca y Puno es evidente. Uno puede ver claramente la presencia boliviana. Y el interés político de los partidarios de Evo Morales es tratar de influenciar y hacer lo evidente: separatismo. Esto es alentado por el contrabando y el oro ilegal. Hay una especie de calendario azteca que marca el 2024 en la nación aymara.

¿Y la subversión en el sur?Hace cinco años le hice una entrevista a un tipo del Frente Revolucionario Túpac Amaru. ‘Camilo Reyes’ era un ex-MRTA, un disidente. Luego, el Ministerio del Interior lo identificó como Julio César Vásquez Vásquez. Él anunciaba un trabajo de masa para generar conciencia política en la zona andina. Concientización y lavado de cerebros. Y por coincidencia, aunque no creo que sea eso, ocurrió lo que pasó el año pasado. Más allá de eso, fue evidente la presencia de Sendero Luminoso a través del Movadef. La violencia que ocurrió obedece a este trabajo de masas. El lavado de cerebros no es cosa nueva para Sendero. Así ocurrió en los 60 y 70, antes de la lucha armada. Sendero está en lo que ahora llaman ‘la segunda reconstitución’. Es un documento de 11 páginas, un plan hecho por Abimael en 2008. Y todo se está cumpliendo. La Dircote tiene una copia. Parte del nuevo trabajo de Sendero es infiltrarse en los movimientos populares, como en Puno. Manipularlos y llevarlos a sus objetivos. Ya hay 4 mil firmantes del Movadef en el magisterio. Sendero puede activarse militarmente en cualquier momento. El Estado peruano no puede seguir inerme. Tiene miedo de ir al sur. Pero no solo el Gobierno, sino también los partidos políticos. El lavado de cerebro allá es permanente. Mira, en 2015 más de la mitad de la población era fujimorista. Fujimori había ido a dormir allá un par de veces. Ya para 2021 eran antifujimoristas. Les habían lavado el cerebro.