Marco Miyashiro: “Han transcurrido 30 años y nuestra ciudadanía no aprendió la lección” [ENTREVISTA]

El exjefe del GEIN Marco Miyashiro recibió esta semana a Perú21 para revivir pasajes de la Operación Victoria con la que se capturó a Abimael Guzmán, pero también para reflexionar cómo, luego de 30 años, hemos bajado la guardia.

Tres décadas ya de esta importante operación. ¿Qué reflexión le deja?

La satisfacción del deber cumplido. Esto fue el resultado de un trabajo en equipo, en el que diferentes grupos de detectives hicieron tareas diferentes, pero el objetivo, al menos parcial, de pacificar el país con la captura del genocida Abimael Guzmán, se cumplió. Quería, más bien, llamar la atención de cómo, a pesar de que han transcurrido 30 años, aparentemente nuestra ciudadanía no aprendió la lección y, digamos, se durmió en los laureles. Porque fue encarcelado, mas su pensamiento se fue divulgando y, a pesar de todas las atrocidades, los derivados –a través de organismos generados– actualmente se encuentran en el poder. Me refiero específicamente a aquel que en 2017 fue nombrado presidente del Comité de Lucha del Conare-Sute, que es probado con documentos que es un derivado del Movadef. Son creación del pensamiento Gonzalo.

¿Qué caracterizó al GEIN?

En la Dircote se reconoció que el GEIN, creado por mi amigo y excelente detective Benedicto Jiménez, estaba en el camino correcto porque habíamos ya desactivado varias organizaciones de índole político. Es decir, no tanto aquellos que cometían los actos de terrorismo, sino los que mandaban a cometer esos actos. El procedimiento normal de la Dircote era reaccionar ante un acto de terrorismo; por eso existían los Grupos Deltas. En tanto ellos se encargaban del día a día, dejaban trabajar al GEIN, que, aunque detectaba a un sospechoso de terrorismo, no lo detenía porque se buscaba cuál era su verdadera actividad, sus contactos, qué inmuebles frecuentaban y su nivel dentro de la organización.

¿Qué le dijo Guzmán al ser detenido?

No sabía quiénes éramos y su temor era que podríamos haber sido del MRTA y cuando yo me identifico: ‘Soy el comandante Marco Miyashiro, usted está detenido’, me queda mirando y me dice: ‘Usted no sabe el daño que le ha hecho a la revolución’. Mi respuesta inmediata fue ‘Usted no sabe el daño que le ha hecho a mi patria, el Perú, así que cállese la boca’.

¿Los terroristas que han salido de prisión dejan este pensamiento sanguinario de SL? ¿Uno puede dejar de ser terrorista?

Hemos descubierto lastimosamente que no. Porque, tal como lo anunció el ‘Cachetón’, lo que queda acá (señala su cabeza) es un peligro permanente.