Primeros auxilios psicológicos: Estilos y recursos de afrontamiento al estrés. (Foto: iStock)
Primeros auxilios psicológicos: Estilos y recursos de afrontamiento al estrés. (Foto: iStock)

EPISODIO 24

Existe, dentro de la psicología, un área de trabajo muy bonita que se encarga de estudiar la relación entre la salud física y la emocional; esta área de trabajo se denomina “psicología de la salud”. En ella, se pueden encontrar estudios sobre cáncer, problemas cardio vasculares, respiratorios, etc; y cómo todos afectan la salud emocional. Indudablemente, el día de hoy, la relación entre salud emocional y , es muy importante.

Más interesante aún, contamos con un área más que pertenece a la psicología de la salud y que se dedica a estudiar específicamente al estrés y su impacto en el funcionamiento emocional y psicológico de las personas. Esta, se conoce como psicología del ajuste; y, aun cuando es menos conocida, plantea estilos y recursos de afrontamiento que todos y todas debemos conocer.

Estilos y recursos de afrontamiento

¿Te ha sucedido alguna vez que, cuando has tenido alguna discusión que has intentado resolver con otra persona, has sentido como si no pudiesen ponerse de acuerdo en cómo sobrellevar el impasse? ¿Quizá has sentido que tu deseabas encontrar una solución concreta, pero la otra persona, aparentemente estaba más interesada en hablar sobre cómo se estaba sintiendo; o al revés?

Esto es muy común, y puede frustrar a ambas partes ya que existiría la percepción de falta de comprensión y empatía, y, aunque esto puede ser verdad, también hay altas probabilidades de que ambos estilos de afrontamiento sean distintos; quizá una persona tiene el estilo enfocado en el problema, y la otra, tiene el estilo enfocado en la emoción. Pero, ¿qué significan ambos estilos?

1. Estilo enfocado en el problema: las personas que han desarrollado esta manera de afrontar el estrés, tienden a focalizarse en soluciones prácticas y concretas que hagan que el problema en sí sea resuelto, es decir, recurren a un “ajuste frío” para tomar decisiones y seguir pasos estructurados con el fin de minimizar lo sucedido. Más aún, pueden posponer el interés en darse cuenta de cómo se sienten pues eso no les ayuda a afrontar de manera concreta y práctica. Por ejemplo: si Juan se entera de que su jefe lo va a despedir, muy probablemente se concentre en averiguar las razones específicas de ello y en buscar otro trabajo, sin detenerse a pensar mucho tiempo en cómo se siente por ello.

2. Estilo enfocado en la emoción: las personas que han desarrollado esta manera de afrontar el estrés, tienden a prestarle atención a cómo se sienten de manera principal, y luego, cuando sus emociones calman, pueden recién buscar soluciones prácticas; esto no quiere decir que no tengan interés en resolver, en realidad, tienen el mismo interés que las personas enfocadas en el problema, pero ya que recurren a un “ajuste caliente”, buscan que su primera resolución sea el calmar su estado emocional Si tomas el mismo ejemplo de Juan, probablemente él buscaría desahogarse o se permitiría sentir su asombro, tristeza, ansiedad, etc; antes de buscar soluciones prácticas.

Ningún estilo es mejor que otro, lo que nos enseña la investigación es que la salud mental más apropiada se ve cuando podemos utilizar, de manera flexible, ambos, ya que hay problemas que ameritan un estilo más frío, y otros, uno más caliente. De ambos estilos, surgen muchos recursos de afrontamiento, que explicaré la próxima semana.

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