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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa, Opina.21El astrofísico Stephen Hawking pronostica que hemos entrado en "un periodo crecientemente peligroso de nuestra historia". Según el Premio Nobel de Física, tanto el crecimiento poblacional así como el uso indiscriminado de los recursos finitos del planeta, combinado con lo que califica como "nuestro código genético" –mayormente egoísta y agresivo–, hará casi imposible que se pueda evitar un desastre planetario en los próximos cien años. Si bien ha crecido nuestra capacidad tecnológica para cambiar positivamente estas circunstancias, no percibe la voluntad imprescindible para salvar a la humanidad y a la Tierra. De ahí que, según Hawking, la única posibilidad de supervivencia humana en el largo plazo es poblar el espacio y por tanto la exploración espacial constituye el más urgente reto para la humanidad.

En disonancia con Hawking, en relación a nuestro código genético presuntamente destructivo, un grupo de especialistas en neurociencias sostiene que la naturaleza de nuestro cerebro está orientada básicamente hacia la solidaridad y la compasión. Citan –para avalar su juicio– la existencia de miles de millones de gestos de amor, compasión y solidaridad diarios de los que nadie se entera e invitan a observar el entorno con nuestros propios ojos y no solo con los de los medios de comunicación que prioritariamente destacan –como es lógico– lo excepcional. Y a menudo lo excepcional suele estar cargado de violencia y egoísmo.

En este nivel de opiniones solo nos queda citar a Blaise Pascal cuando dice: "Lo contrario de una verdad no es un error sino una realidad contraria".