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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

De nada han servido tantas malas experiencias acumuladas. El Ejecutivo sigue de mal en peor en la gestión de los conflictos.

En todos los conflictos sociales la dinámica del Gobierno siempre ha sido la misma: tratar de empujar, detenerse, arrinconarse, asustarse y retroceder.

Aunque ahora se retrocede mucho más rápido. Ha ocurrido desde los primeros días con el penal en Cañete, los mineros ilegales, la Operación Libertad, Espinar o Conga; y ahora con Conga o con Jauja. El Ejecutivo no puede, hasta ahora, encontrar la fórmula para cumplir con lo que tanto pregona: dialogar.

Tomemos cuatro casos muy recientes y veremos que este Gabinete, ni se informa ni dialoga. En Conga no hubo información, no hubo diálogo ni justificación sobre el cambio de postura presidencial, y una encuesta muy reciente recién le abrió los ojos. El Proyecto de Ley del Negacionismo es observada, criticada o rechazada por todos los sectores, ¿consultó, conversó o dialogó el Gobierno con otros sectores para elaborar su propuesta?. En el problema de los aeropuertos en Junín, ¿se informó, auscultó, consultó o dialogó el Ejecutivo con los sectores en la región y con las instituciones representativas de Jauja antes anunciar que se harían los estudios? Y si tocamos el tema del gas, encontraremos que el nuevo esquema del Gobierno sobre los gasoductos en el sur también ha recibo críticas de todos los sectores sin excepción, ¿lo conversó con alguien antes?

La información y el diálogo se obtienen y promueven antes del conflicto, no después.