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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa, Opina.21Varios diarios alemanes han polemizado, en estos días de crisis, sobre la idea de un editor inglés de volver a publicar el libro de Adolf Hitler, Mi lucha,en alemán. La obra del dictador germano iría acompañada por reflexiones y ensayos de pensadores democráticos y humanistas, además de una interpretación de lo que significaron el racismo y los campos de concentración para millones de personas.Como sabemos, Hitler –contra toda lógica– pretendía demostrar que existen razas superiores y razas inferiores. Su obra, a la luz de la ciencia y de la experiencia actual, no resiste el menor análisis. Estas certezas nos permitirían ser benevolentes y considerar que una publicación de esta naturaleza no solo no sería peligrosa, sino que contribuiría a un mejor conocimiento de la historia del pensamiento, con sus luces y sus sombras. No obstante, no es difícil advertir que hay una porción de la población –aun en la culta y a veces xenófoba Alemania– que es proclive a inclinarse por el discurso facilista y radical.

No son pocas las personas que aman la simplificación. Se trata de gente que adora ver el mundo en blanco y negro, y a la que un discurso, torpe y frontal como el que sostenía el dictador Adolf Hitler, le permitiría sentir –para luego obrar– que sus prejuicios y estereotipos están largamente justificados. Quienes obran en función de creencias irracionales no se dejan impresionar por los datos históricos por más macabros que estos sean. Ya tenemos bastante con lo que está ocurriendo en estos días de crisis, como para ponerle nueva gasolina a las tesis racistas del psicópata alemán.