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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Gianfranco Castagnola,Al.Mercadogcastagnola@peru21.com

Durante años, muchos analistas políticos asumieron que gobiernos de izquierda aventajarían a los de centro y derecha en cuanto al manejo de los conflictos sociales. En teoría, conocían mejor la problemática social, llegaban mejor a sus actores, tenían una mayor disposición al diálogo, etc. Han pasado 22 meses desde que Susana Villarán asumió la alcaldía y 15 meses desde que Ollanta Humala ganó la presidencia del país, y esa teoría ha resultado ser un mito. La alcaldesa enfrenta una gran resistencia para reformar el transporte y desalojar La Parada. Y el presidente se ha encontrado con varios conflictos sociales que han producido muertos, heridos y pérdidas económicas. En un artículo publicado hace un mes, Martín Tanaka sostenía que la izquierda peruana requería de no solo un programa de gobierno, sino también de "un diagnóstico actual de la realidad social". A su lúcido análisis debiera agregarse la carencia de la izquierda de cuadros técnicos para gobernar. El nulo avance en el tema de seguridad ciudadana –que incluye el apropiado equipamiento y entrenamiento de la Policía para reprimir actos vandálicos– en estos 15 meses es un ejemplo de ello.