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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

El sábado recién se cumplen los primeros 12 meses de su mandato y ya estamos en el tercer gabinete, lo que suma casi 40 ministros en ese lapso. La rotación mensual de colaboradores en esta administración compite con la inflación de precios de la época de García 'el malo'.

Lamentablemente, los cambios se realizan como mecanismo defensivo ante eventos, y no de un modo planificado u organizado, y menos aún en función de resultados –si no, al canciller y a la ministra de Educación hace rato que los habrían licenciado–, por lo que, al poco tiempo, el beneficio del cambio ha desaparecido y no le queda otra alternativa a Humala que volver a efectuarlo. A este paso vamos camino al primer gobierno en que se consuman más de 12 premieratos.

Así, tenemos que, en diciembre pasado, el desmoronamiento del segundo experimento con todas las sangres, que fracasó al igual que el primero, llevó a un fuerte colapso en el entusiasmo del empresariado, por lo que la prioridad fue apuntalarlo. En esta ocasión se les están escapando de las manos al Gobierno los exaliados, así que el objetivo es apaciguarlos. Pese a que nuevamente ha caído la confianza del sector privado, ahora consideran que ya aprendieron a manejarlo.

Con ello, cuando llegue Navidad y las lluvias hayan enfriado la cabeza de los antimineros, la preocupación posiblemente se volcará otra vez a la inversión que, para entonces, se podría haber desacelerado, y harían otro giro para solucionarlo. Así, marchando con sobresaltos ante cada cambio de paso, completará su mandato.

Esto último sería válido si el impulso heredado por Humala le garantizara alto crecimiento económico durante los próximos cuatro años. Pero, desafortunadamente, ese no es el caso. Para sostenerlo, es vital tener un horizonte claro, y eso, evidentemente, está faltando.