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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Groucho Marx afirmaba que "la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar, después, un remedio equivocado". La frase de Groucho parece hecha a la medida de los tiempos que se viven hoy en Estados Unidos y Europa. Se buscaron los problemas, permitiendo que la economía y las finanzas jugaran su propio partido, sin regulaciones que le marcaran la cancha. Luego elaboraron un diagnóstico falso para no admitir, no solo su propia incompetencia, sino para ocultar los vínculos perversos que ligan política y economía. Y, finalmente, están aplicando un remedio equivocado cuyo efecto durará el tiempo que dure la paciencia de los pueblos afectados por las medidas que han tomado.

Todo el circo se desarrolla en un clima de solemnidad –además de pompa y circunstancia como el vals– que hace pensar que estos empleados de bancos y financistas que se han puesto a gobernar a Europa creen realmente que sus soluciones los conducirán a resolver los gigantescos baches abiertos por la crisis financiera. Ni mucho menos, aunque esto no les importe, contribuirá a paliar las desmesuradas inequidades que esta crisis ha generado y sigue generando.

Estos aprendices de políticos, que reducen la realidad a una suma y resta que la ignora, deberían formularse otra filosófica pregunta que planteaba el gran Groucho Marx: "¿Por qué debería preocuparme por la posteridad?, ¿qué ha hecho la posteridad por mí?". La posteridad, les adelantamos la respuesta, ya tiene una emoción y un sitio para estos directores de casinos: el repudio y su inclusión en el museo universal de las marionetas.